martes, 9 de junio de 2009

Comunión Querétaro N°591 14/Junio/2009

Inicia el «Año Sacerdotal»




«Para favorecer esta tendencia de los sacerdotes a la perfección espiritual de la que depende sobre todo la eficacia de su ministerio, he decidido que se celebre un especial Año Sacerdotal del 19 de junio de 2009 -Sagrado Corazón de Jesús y Jornada para la santificación sacerdotal- al 19 de junio de 2010”. Este año “se conmemora el 150 aniversario de la muerte del santo cura de Ars, Juan María Vianney, verdadero ejemplo de pastor al servicio del rebaño de Cristo”.

S.S. Benedicto XVI, 16 de marzo de 2009.

«Fidelidad de Cristo, fidelidad del Sacerdote»






Opinión

Para pensar...
Primeras Comuniones
Por Pedrojosé Ynaraja / http://www.betania.es/

En las Iglesias Orientales (Ortodoxas y Católicas) el día que acuden los padres a bautizar a su hijo, recibe este los tres sacramentos de la iniciación cristiana: bautismo, confirmación y Eucaristía. Por este orden, el teológicamente correcto. Adelanto que alguna de ellas administra también el del Orden, pero de esto hablaré en otra ocasión. Y son tan católicas como la Latina, a la que nosotros pertenecemos. Para explicar la corrección de este proceder, pondré un símil de la vida biológica. Está demostrado que la lactancia materna suministra a la criatura, además de alimentación, unos anticuerpos que las papillas no pueden aportar y que le serán muy útiles para proteger su vida adulta. De la misma manera comulgar desde niños prepara para dificultades posteriores. Quien no esté de acuerdo que lo discuta con teólogos y pastoralistas de estas Iglesias.

Unos amigos que viven en Francia, me comunicaron un día, que su hijo mayor iba a empezar a comulgar. No tenía más de seis años. Me confiaba el padre: a esta edad, Benoit, que este era su nombre, todavía no tiene tentaciones importantes, cuando le lleguen, ya estará preparado y tendrá más vigor para vencerlas. Recuerdo que no hacía demasiado tiempo que iba a celebrar con ellos misa. El padre se lo dijo al pequeño y este le preguntó: ¿pero como es posible si no estamos en la iglesia? (Residíamos en la campiña, lejos de cualquier población). Mi amigo le dijo: Pedrojosé es sacerdote y lo haremos en casa. Se quedó pensativo y no añadió nada. A la hora del ofertorio, les pregunté cuales eran sus peticiones. Fueron diciendo que protegiera a su familia, por la paz, por el hambre, por los enfermos… El chiquillo dijo algo que no entendí y le pedí que lo repitiera. Asintió y, decidido y señalándome, añadió: et pour toi. Me conmovió y le di las gracias. Se ha hecho mayor y, según tengo entendido, no ha perdido su Fe cristiana y colabora activamente en su comunidad.

En mi vocabulario pastoral, no existe la expresión: primera comunión. A la mayoría de los niños que vienen a misa los conozco desde que nacieron y siempre les repito que si ya no les dan papillas, tampoco deben contentarse con la oración. Advierto que, por propia iniciativa y sin consultarlo con sus padres, vienen cuando quieren a confesarse. Respecto a la comunión, me hacen caso o no y, cuando les parece, me comunican: voy a empezar a comulgar. Sus progenitores lo confirman y aquel día, en la misma iglesia, acabada la misa, ofrecen un sencillo refrigerio: simples bocados, refrescos y alguna chuchería. En su domicilio se prolongará la fiesta familiarmente. En el recordatorio, ponen generalmente, de su puño y letra, su nombre y el lugar, añadiendo: hoy he empezado a comulgar.

En varias ocasiones, me he encontrado con niños que, por propia iniciativa, se acercan piadosamente a comulgar. Acabada la misa, sus padres me cuentan horrorizados que su hijo ha ido a comulgar, sin haber hecho la Primera Comunión. Yo les pregunto ¿sabía distinguir el Pan eucarístico del pan común? ¿Sabe rezar y reza comúnmente? Pues, bendito sea su proceder y traédmelo, que le haré un regalo, para que guarde buen recuerdo.

Me irrita soberanamente que, a veces, cuando un pequeño se acerca al altar, salen «veintisiete» personas a preguntarle si ya ha hecho la primera comunión, para privarle de inmediato si dice que no. Ahora bien, si se trata de una persona adulta, casada y divorciada, juntada y reajuntada, aspectos notoriamente conocidos, nadie se atreve a advertirle nada.

Vuelvo a mi realidad. Me preocupo de que los chiquillos se formen. Trato de que, en cuanto sea posible, reciban educación cristiana personalizada y, el día que conviene, sin demasiados signos exteriores, empiezan a comulgar. Estas ideas no son progres. Quisiera que fueran proféticas.





Para tener presente...
Decálogo del Sagrado Corazón de Jesús
Por Javier Leoz
1.- Os amo a todos los hombres. A todas las horas y sin distinción. Vuestras sendas me son familiares. Conozco vuestros deseos. Os acompaño en vuestras dificultades.

2.- Perdono y olvido vuestra indiferencia, pero valoro y aplaudo el afán de aquellos que intentáis superaros y rectificar en vuestras actitudes.

3.- Intento llevaros hasta Dios. Mi camino, no es mío, es de Aquel que me ha enviado. No soy ningún “líder”. No actúo ni me muevo por mí mismo. Mi objetivo es acercaros hasta el inmenso amor que Dios os tiene.

4.- Mi corazón está cargado de humanidad. Entre otras cosas porque, soy consciente, que con vuestro lenguaje es como mejor podéis aprender lo que Dios quiere de vosotros y lo que, vosotros, podéis alcanzar de Dios.

5.- En mí tenéis el agua viva. No os fiéis de aquellos que, en valioso vaso de cristal, os emborrachan con antivalores, superficialidad o verdades a medias. Lo que yo os digo tiene valor de eternidad: viviréis junto a Dios

6.- Mi corazón tiene sed de vosotros. “Tengo sed” dije en la cruz y, ahora de nuevo, lo repito: tengo sed de vosotros. De vuestras almas e ilusiones, de vuestras miradas y pensamientos. Tengo sed de salvaros ¿Me dejáis?

7.- Yo puedo conduciros por valles tranquilos. No os desesperéis. La vida, bien lo sé, no siempre es fácil. Apoyaros en el cayado de la fe. Inclinad vuestras cabezas sobre mi pecho. Os garantizo que seguiréis avanzando y llegando a la meta que os propongáis.

8.- Soy vida para el que me busca. Mirad un poco a vuestro alrededor: muerte, preocupaciones, desencanto, crisis. Yo tengo poder sobre la muerte. Soy resurrección y vida. ¿Creéis en mí? Os digo que no moriréis. ¡Creed!

9.- Quien dice ser mi amigo, no lo olvidéis, ha de llevar la palabra “yo sirvo” marcada en su frente. Os necesito, no como reyes, y sí como gente que sepa desgastarse en pequeños o grandes detalles. Cuando estéis junto a mí en el cielo, recordaré todo lo que hicisteis de bueno cuando estuvisteis en la tierra.

10.- No os dejéis llevar ni seducir por los atajos que conducen a ninguna parte; ni por las verdades interesadas que son grandes mentiras o por una vida que es un sin vivir. Sed reflexivos, buscad el camino que conduce a la paz; luchad por la verdad sin farsa; aspirad a una vida según y con Dios.







Actividades de nuestro señor Obispo

17 Seminaristas fueron instituidos Ministros Lectores y Acólitos
Este 1° de Junio en nuestro Seminario Conciliar, a las siete de la tarde nueve seminaristas fueron instituidos Ministros Lectores y ocho de ellos Ministros Acólitos. Este ministerio lo recibieron dentro del contexto de su proceso formativo hacia el orden sacerdotal. Los alumnos que cursarán tercero y cuarto de teología respectivamente recibieron los ministerios con la bendición de nuestro señor Obispo, quién en su homilía resaltó los siguientes puntos que a manera de resumen presentamos:
1. El tiempo litúrgico que acabamos de comenzar Pentecostés, ya no tiene los mismos grandes signos que narra el Evangelio: Como el gran soplo de viento y las lenguas de fuego posadas sobre cada uno de nosotros, pero en cambio, el nuevo signo de Pentecostés es el testimonio de vida de los cristianos, de los católicos. En esta época debe reflejarse el buen testimonio de los cristianos como el gran signo de «Pentecostés».
2. El Espíritu Santo es quien da los dones y quién hace que los cristianos sean signo, son varios los dones y pero uno solo es el Espíritu, son varios los dones que deben ser puestos como servicio para todos, en este contexto se ubican los ministerios que el día de hoy reciben Ustedes; ministerios al servicio de la comunidad que deben dar fruto.
3. Los Ministros Lectores deben alimentarse de la Palabra y vivir acorde a ella, pues será la Palabra quien nutra y haga fructificar su ministerio.
4. Los Ministros Acólitos también deberán llevar una vida apropiada y vivir de la Eucarística, para prestar un mejor servicio al altar.
Finalmente después de la institución de los nuevos ministros, nuestro señor Obispo escuchó las palabras de agradecimiento del Rector Pbro. Lic. Martín Lara Becerril, quien recordó los veinte años de instancia en nuestra Diócesis de nuestro Pastor y Obispo y ofreció como regalo espiritual a los 17 nuevos ministros como fruto de la labor formativa del Seminario y un regalo material: Un báculo con el escudo del seminario grabado.
Para finalizar se llevó a cabo una pequeña convivencia con los asistentes: Los Padres formadores, los Párrocos de los ministros, y varios sacerdotes invitados, seminaristas de las casas de formación del Seminario Menor, Curso Introductorio, y Seminario Mayor, así como familiares y amigos de los nuevos ministros.








Fiesta Patronal en la Comunidad de «El Ciervo», de la Parroquia de San Miguel, Villa Progreso, Qro.
El señor obispo Don Mario De Gasperín Gasperín visitó, el pasado 15 de mayo, la comunidad de El Ciervo con motivo de la fiesta patronal en honor de San Isidro, le recibió el Pbro. Rogelio Olvera Vargas, Vicario parroquial en nombre del señor cura Pbro. J. Guadalupe Nieves Ferrusca, acompañado de la comunidad de fieles. Después de agradecer la invitación de la comunidad con motivo de esta fiesta, en la homilía, nuestro señor obispo dijo: «Reunidos como familia celebramos y nos encomendamos al señor San Isidro, por nuestros trabajos, nuestras tierras. Ante estos tiempos difíciles volvamos nuestra vista  a nuestro campo, nuestra tierra, nuestra fe, a nuestra iglesia».
Comentó sobre el volver a los valores fundamentales de nuestra vida como la familia, el amor de los esposos, los hijos, el tesoro más grande, la familia como el lugar más seguro, en donde recibimos la vida es la familia. A ella recurrimos cuando la dificultad se hace presente.
«El Santo Padre en su viaje a Tierra Santa nos invitó a dar gracias a Dios, a valorar, a proteger, cuidar la integridad de la familia, es tiempo para valorar este gran regalo de Dios. El Papa fue a ese lugar de tanto dolor y división a llevar el mensaje de paz, de reconciliación, de perdón y fraternidad. Eso también lo recibimos nosotros de Nuestra Señora de Guadalupe desde su casita del Tepeyac en el nacimiento de nuestra patria».
«Como Iglesia, debemos construir la fraternidad de nuestro pueblo mexicano para que nos sintamos todos hermanos, siempre en el mensaje de paz y esperanza».
Refiriéndose a los veinticinco niños que recibieron la Primera Comunión dijo:  «La Iglesia vive de la Eucaristía, el Pan de vida». Pidió para que no sea la única vez que la reciban sino que sean muchas y frecuentes, especialmente en la misa dominical.
Encomendó la comunidad al señor san Isidro y a su esposa también santa María de la Cabeza.






Nombramientos:
Nuestro señor Obispo ha tenido a bien nombrar:

Pbro. Edgar Lepe Zepeda, Vicario Parroquial de la Parroquia de San José Obrero, en San Juan del Río, Qro.






Pbro. José Edgar Varela González, Vicario Parroquial de la Parroquia de San Pedro en Tolimán, Qro.




Pbro. José Wenceslao Ferrusquía Navarrete, como Vicario Parroquial de la Parroquia de san Juan Bautista en San Juan del Río, Qro.






Especial....

Año Sacerdotal
Con ocasión del 150° aniversario de la muerte del Santo Cura de Ars, Juan María Vianney, Su Santidad ha anunciado el 19 de junio de 2009 al 19 de junio de 2010, se celebrará un especial Año Sacerdotal, que tendrá como tema «Fidelidad de Cristo, fidelidad del Sacerdote». El Santo Padre lo abrirá presidiendo la celebración de las Vísperas, el 19 de junio D.m. solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús y jornada de Santificación Sacerdotal, en presencia de la reliquia del Cura de Ars traída por el obispo de Belley-Ars; lo cerrará, el 19 de junio de 2010, tomando parte en un «Encuentro Mundial Sacerdotal» en la Plaza de San Pedro.

Durante este Año jubilar, Benedicto XVI proclamará a san Juan María Vianney «Patrono de todos los Sacerdotes del mundo». Se publicará además el «Directorio para los Confesores y Directores Espirituales», junto con una recopilación de textos del Sumo Pontífice sobre los temas esenciales de la vida y de la misión Sacerdotal en la época actual.

La Congregación para el Clero, de acuerdo con los Ordinarios diocesanos y los Superiores de los Institutos religiosos, se preocupará de promover y coordinar las diversas iniciativas espirituales y pastorales que se presenten para hacer percibir cada vez más la importancia del papel y de la misión del Sacerdote en la Iglesia y en la sociedad contemporánea, como también la necesidad de potenciar la formación permanente de los Sacerdotes ligándola a la de los Seminaristas.
http://www.aciprensa.com/asacerdotal/







S.S. Benedicto XVI concede indulgencia plenaria con motivo del Año Sacerdotal

El Papa Benedicto XVI concederá a los sacerdotes y fieles la indulgencia plenaria con motivo del Año Sacerdotal que ha convocado desde el 19 de junio de 2009 hasta el 19 de junio de 2010, en el que se honrará de manera especial a San Juan María Vianney, el famoso Cura de Ars y Patrono de los sacerdotes.

De acuerdo a lo establecido en el decreto dado a conocer hoy, firmado por el Cardenal James Francis Stafford y Mons. Gianfranco Girotti, respectivamente Penitenciario Mayor y Regente de la Penitenciaría Apostólica, el periodo para lucrar las indulgencias plenarias comenzará con la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, «jornada de santificación sacerdotal» cuando el Papa Benedicto XVI celebre las Vísperas ante las reliquias del santo traídas a Roma por el obispo de Belley-Ars.

Las modalidades para obtener las indulgencias son:
«A los sacerdotes, arrepentidos de corazón, que recen cualquier día las laúdes o vísperas ante el Santísimo Sacramento expuesto a la adoración pública o en el sagrario y se ofrezcan a la celebración de los sacramentos, sobre todo de la Confesión, se concederá Indulgencia plenaria aplicable a los hermanos en el sacerdocio difuntos como sufragio, si en conformidad con las disposiciones vigentes se confesarán sacramentalmente, comulgarán y rezarán por las intenciones del Pontífice».

Asimismo, el decreto precisa que «también se concede Indulgencia parcial, siempre aplicable a los hermanos en el sacerdocio difuntos, cada vez que recen oraciones debidamente aprobadas para llevar una vida santa y cumplir los oficios que se les han confiado».

«A los fieles cristianos, arrepentidos de corazón que, en la iglesia o en el oratorio asistan a la Santa Misa y ofrezcan por los sacerdotes de la Iglesia oraciones a Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote y cualquier obra buena cumplida se les concede Indulgencia plenaria, siempre que se hayan confesado sacramentalmente y recen por las intenciones del Papa los días en que se abre y se clausura el Año sacerdotal, en el día del 150 aniversario de la muerte de San Juan María Vianney (4 de agosto de 2009), los primeros jueves del mes o cualquier otro día establecido por los Ordinarios (los obispos) de los lugares para la utilidad de los fieles».

El decreto también señala que «los ancianos, los enfermos y todos aquellos que por motivos legítimos no puedan salir de casa, podrán obtener la Indulgencia plenaria, si con ánimo alejado del pecado y el propósito de cumplir las tres condiciones necesarias apenas les sea posible, en los días indicados rezan por la santificación de los sacerdotes y ofrecen a Dios por medio de María , Reina de los Apóstoles, sus enfermedades y sufrimientos».

Asimismo, se concede la Indulgencia parcial a todos los fieles cada vez que recen cinco Padrenuestros, Ave Marías y Glorias, y otra oración debidamente aprobada «en honor del Sagrado Corazón de Jesús para que los sacerdotes se conserven en pureza y santidad de vida».






En el Cubilete 400 sacerdotes inician el Año Sacerdotal
En el monumento a Cristo Rey, en el cerro de El Cubilete, por primera vez se reunieron más de 400 sacerdotes de las cuatro Diócesis que integran la Provincia Eclesiástica del Bajío, y con esto dio inicio el Año Sacerdotal promulgado por el Papa Benedicto XVI.

La Celebración religiosa estuvo presidida por el arzobispo José Guadalupe Martín Rábago acompañado del obispo auxiliar Juan Frausto Pallares, de la Diócesis de León, así como por el obispo de Irapuato, José de Jesús Martínez Zepeda, y el obispo emérito Hilario Chávez Joya.

“En un acontecimiento insólito y lleno de significado eclesial nos encontramos reunidos los miembros de los presbiterios provenientes de las Diócesis que conforman la Provincia Eclesiástica del Bajío”, dijo monseñor Martín Rábago en su mensaje a los cientos de sacerdotes ahí reunidos.

A las 12 de la tarde inició la Concelebración en la Capilla de la Virgen de Guadalupe, donde inició la procesión hasta el monumento a Cristo Rey, a unos 300 metros de distancia. Algunos fieles católicos estuvieron en la Celebración, que fue transmitida en vivo, a nivel nacional, por el canal de cable María Visión, y la conducción estuvo a cargo del padre Raúl Villegas Chávez.

Al final de la misa Monseñor dijo que fue significativa porque por primera vez se reunieron sacerdotes de las cuatro Diócesis. Después invitó a los sacerdotes y a los visitantes al convivio, en uno de los portales laterales del monumento se montaron mesas para 400 personas.

El arzobispo de León, Mons. José Guadalupe Martín Rábago, exhortó a una renovación espiritual del presbiterio, en el inicio del Año Sacerdotal para la provincia del Bajío. Reunido con más sacerdotes de las cuatro Diócesis que integran la Provincia Eclesiástica del Bajío: León, Irapuato, Celaya y Querétaro, Monseñor dijo que es significativa la manera como se presenta en los medios de comunicación la imagen y la vida de los sacerdotes. Señaló que en los tiempos actuales “no se le trata con respeto, con conocimiento, con afán de comprensión y de aprecio”.

“Cuánto necesitamos este año de gracia sacerdotal, en este tiempo en que experimentamos el embate de una cultura que no tiene sensibilidad, ni aprecio por lo que es definitivo, por lo que apela a verdades que se fundan en proyectos divinos, señaló en el su mensaje a los presbíteros. “No es fácil valorar el verdadero sentido del sacerdocio en un contexto cultural que lleva a exaltar sólo lo que se define por los sentimientos o las emociones; que opta sólo por lo que agrada y no por lo que se debe; que rinde tributo a lo efímero y no a lo definitivo”, añadió. El Arzobispo dijo que el Año Sacerdotal “no será un año destinado a promover actitudes triunfalistas, ni a fomentar un clericalismo que reviva comportamientos que han sido superados desde una concepción de Iglesia comunión y Pueblo de Dios”.