martes, 23 de febrero de 2010

Comuniòn Querètaro, 28 de Febrero de 2010 Nº 628

Mensaje
Cuaresma 2010
 
Con la frente inclinada hacia el polvo, pero con el corazón levantado hacia el Señor, iniciamos los católicos este santo tiempo de Cuaresma. Cuarenta días de caminar por el desierto de nuestra vida descarriada y de nuestros pecados. Días de penitencia, para llegar al Monte santo de la Pascua, a la nueva vida con Cristo resucitado. 
«Acuérdate, hombre o mujer, que eres polvo y que al polvo volverás. Conviértete, y cree en el Evangelio», nos dice la Iglesia al ofrecernos este signo penitencia, la Ceniza. Primero, hay que acordarse de la humildad de nuestro origen: el polvo, y que desde allí nos arrancó la Palabra poderosa de Dios. Luego, volvernos hacia Él e implorar su misericordia y su perdón. 
Creer en el Evangelio es descubrir a Jesucristo como Salvador. El Evangelio es Jesucristo mismo en el misterio de su muerte en la Cruz, de su santa Sepultura y de su gloriosa Resurrección. Creer en el Evangelio es dejarse encontrar por el amor de Dios manifestado en Jesucristo, y recomponer nuestras relaciones humanas apartando el gesto amenazador, la palabra agresiva y la mano levantada contra el hermano. 
La santa Iglesia nos recomienda la oración y la escucha de la Palabra de  Dios, para que se nos ablande el corazón; el ayuno, para que se doblegue nuestra autosuficiencia y soberbia; y la limosna, para que tendamos la mano con generosidad al prójimo necesitado. 
Si así lo hacemos, dice hermosamente la santa Biblia, «Entonces brillará tu luz como la aurora y tus heridas sanarán en seguida; la justicia caminará contigo y te seguirá la gloria del Señor… Serás como un huerto regado, como un manantial inagotable; reconstruirás viejas ruinas y edificarás sobre antiguos cimientos… Entonces invocarás al Señor y Él te responderá, pedirás auxilio y Él te dirá: ¡Aquí estoy!» (Is 58). 
Este es el tiempo de renovación espiritual que nos ofrece la santa Iglesia mediante la Cuaresma. Muchas gracias.
† Mario de Gasperín Gasperín
Obispo de Querétaro




Decálogo para una cuaresma sacerdotal
(Año sacerdotal)

1. Abramos con más frecuencia nuestros templos. Nos empujará a rezar más y a estar más disponibles y visibles a la comunidad de fieles. Pongamos a disposición de los fieles algún subsidio con diversas oraciones (visita al Santísimo, Vía-Crucis, oraciones marianas, etc.)
2. Facilitemos el Sacramento de la Penitencia. Indiquemos, en nuestras celebraciones, que «una buena confesión, lleva a la paz del corazón y de uno mismo»
3. Potenciemos la oración de los laúdes o las vísperas comunitarias. Los salmos ayudarán a descubrir la oración contemplativa, petición o confianza.
4. Visitemos o iniciemos la visita a los enfermos. Nos hará comprender y contemplar la otra cara doliente de nuestro rebaño: el dolor, la soledad, las lágrimas o la cruz. Intensifiquemos el rosario meditado y pausado por los enfermos, hospitalizados, familiares, médicos, etc.
5. Preparemos la homilía de cada día. Facilitemos, entre otras cosas, la lectura de la Palabra de Dios, su reflexión y su puesta en práctica. No olvidemos los cantos propios de este tiempo: «Atende Domine; Perdona a tu pueblo; Victoria, Tú Reinaras; Hoy vuelvo de lejos»
6. Propongamos a nuestras parroquias una serie de charlas cuaresmales destinadas a una preparación a la vivencia profunda de la Pascua.
7. Potenciemos la Adoración al Santísimo. No todo hay que celebrarlo en comunidad. Insistamos en la oración por las vocaciones sacerdotales, consagradas y santos matrimonios.
8. Animemos a nuestras comunidades cristianas a un proyecto caritativo en favor de los pobres: una cuaresma sin caridad no es un camino correcto hacia la Semana Santa.
9. Realicemos, allá donde sea posible, unos ejercicios espirituales con nuestras parroquias. Un día a la semana o, incluso, tres días seguidos con tres reflexiones sobre el Triduo Sacro. Recordemos que, los viernes, son días muy apropiados para el rezo del vía crucis.
10.Cuidemos, con esmero, los lugares celebrativos: el color morado, la ausencia de flores, una cruz grande colocada en el presbiterio, una imagen de la dolorosa, una oración para recitar cada día al final de la eucaristía «No me mueve mi Dios para quererte».
Por Javier Leoz www.betania.es



Domingo 7 de Marzo de 2010
En México, el Día de la Familia se festeja cada primer domingo de marzo desde 2005 con el objetivo principal de generar mayor unión en el núcleo familiar a través del compromiso personal y familiar para mejorar la comunicación entre los miembros.
La idea es dar un justo reconocimiento a la familia como el mejor lugar para el cuidado de los hijos, satisfacción de necesidades, formación de valores y transmisión de la cultura.

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XXIII Aniversario de la Bendición del Templo de Guadalupe Primero
El 14 de Febrero en Guadalupe Primero, Huimilpan, Qro., en la Parroquia del Sagrado Corazón, celebró con el nuestro señor Obispo Don Mario De Gasperín Gasperín, el señor cura Pbro. Jaime Rodríguez Montoya y el Pbro. Joel Galván Vergara, la Eucaristía por el XXIII aniversario de su Templo dedicado a Santa María de Guadalupe y a San Juan Diego.

Nuestro Obispo en la homilía comentó sobre los dos caminos de los que habla el Evangelio, el amplio y el angosto. «El camino amplio, del hombre que pone su confianza en los hombres y es como una mala hierba, con espinas y hace daño a los demás. Por este camino cabe todo mundo, en lo que ofrecen los poderosos. Y el camino angosto del hombre que pone su confianza en Dios, que es bendito y es como un árbol plantado junto al arroyo, con follaje verde y frutos sabrosos: ese sí sirve, ese sí triunfa en la vida, ese sí es grato a Dios», afirmo el Pastor Diocesano. Se refirió de los pobres que habla Jesús: de los que lloran, sufren, de los que tienen hambre, de los que son perseguidos y dice de estos «son benditos». Y de los ricos, poderosos, los que tienen dinero y ponen su confianza en otros poderosos y dice de estos «hay de ellos».
Nuestro señor Obispo llamó bienaventurados a los que participan de la Misa dominical a escuchar la Palabra de Dios, a darle gracias, a pedir perdón y a poner en Dios su confianza. «Éstos siguen a Jesús que se hizo pobre, cargó con nuestros sufrimientos, lloró al ver nuestras miserias, no tenía donde reclinar su cabeza, tuvo hambre y sed, fue calumniado, perseguido, difamado, crucificado». «Este es nuestro camino, el camino de Jesús, el camino de la cruz para llegar a la luz. El que ofrece la Iglesia, el que enseñan los sacerdotes y catequistas fieles a la Palabra de Dios».

Nuestro señor Obispo invitó a los fieles a dar gracias a Dios por su templo, por la fe, por Jesucristo, por su amor, por ser pobres, tener penas, hambre, por ser calumniados. «Dios nos mira con misericordia y nos promete el Reino de los Cielos. Él está con nosotros, lo mismo que su Madre Santísima». «Tenemos la dicha de ser los consentidos de Dios». Animó a todos a llevar el cariño de Dios y su consuelo y su felicidad en el corazón.


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Fiesta Patronal en la Parroquia de Nuestra Señora de Lourdes
El domingo 14 de Febrero en la Parroquia de Nuestra Señora de Lourdes en la ciudad Episcopal celebró su fiesta Patronal y la Eucaristía presidida por nuestro señor Obispo Don Mario De Gasperín Gasperín, el señor cura Pbro. Francisco Gavidia Arteaga y su vicario, el Pbro. Víctor Jiménez Balderas.

Nuestro señor Obispo dijo al iniciar la homilía: «Dichoso el hombre que confía en el Señor y pone en Él su esperanza. Dichosa la Mujer que puso su confianza en Dios y ahora goza de Dios en el cielo y es nuestra Madre e intercesora».

El Pastor Diocesano predicó del hombre que pone su confianza en el hombre o en Dios. Describió las diferencias y consecuencias en su vida ante la comunidad. Comentó del camino ancho y angosto, del rico y del pobre, de los bienaventurados y de los que ahora satisfechos no irán al cielo.

Hablo a los fieles de Jesucristo, el bienaventurado descrito por el Evangelio, que muestra que el camino al cielo pasa por el Calvario. Sobre la felicidad que ofrece Jesús y predica la Iglesia, camino a la verdadera felicidad. Destacó como la Santísima Virgen María es bienaventurada, por ser pobre y poner su confianza en Dios, creer en su Palabra sufriendo persecución y lloró por nosotros pecadores en el Calvario.

Nuestro señor Obispo alentó a los fieles diciendo: «Alégrense porque la recompensa es grande en el cielo». «Que esta palabra sea para ustedes de consuelo y de paz, estén tranquilos en su alma y corazón. Sepan que su Iglesia recoge todo el dolor, todas las lágrimas, todos los sufrimientos, las persecuciones del mundo a los discípulos de Jesús y que nosotros estamos aquí poniendo nuestra esperanza no en los poderosos, no en los influyentes sino en Dios, Señor y creador de todas las cosas».

Concluyó así: «El Señor enjugue sus lágrimas, cure sus dolores, socorra sus necesidades y les de fortaleza de llevar la cruz que es el camino verdadero a la felicidad». 

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Nombramientos
El señor Obispo expidió el Decreto con el cual ha realizado los siguientes nombramientos:


*Rector del Templo del Santo Nombre de Jesús, (Teresitas) Centro Histórico, Santiago de Querétaro, Sr. Pbro. Benjamín Vega Robles

*Vicario de Parroquia de Nuestra Señora del Perpetuó Socorro, Colonia Carretas, Santiago de Querétaro, Sr. Pbro. Gustavo Licón Suárez

*Adscrito Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, (Congragación) Centro Histórico, Santiago de Querétaro, Sr. Pbro. Lic. Joel Olvera Rivera

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Bendición del Templo de San Juan Bautista en la Solana
Parroquia de Santa Rosa de Lima

El 14 de Febrero, la comunidad de La Solana, en la parroquia Santa Rosa de Lima, recibió a nuestro señor Obispo Don Mario De Gasperín Gasperín y al señor cura Pbro. Alfonso Muñoz Torres para bendecir el nuevo Templo ofrecido a Dios por la comunidad dedicado a San Juan Bautista, reunidos en la unidad de la fe y del amor, formando la Iglesia viva en el mundo.

Este día es memorable para la comunidad y parroquia, corona diez años de trabajo generoso, esfuerzo y cooperación de los fieles con el patronato de construcción del Templo, patrimonio y herencia para los jóvenes y niños que reciben la fe, grande tesoro, el regalo más grande de los mayores, que se pasa de una generación a otra, mejorada, conocida y vivida.

Nuestro señor Obispo explicó detalladamente los tres momentos del rito de bendición, «bendición del agua, de la puerta y templo, y del altar»:

«La puerta simboliza al mismo Jesucristo por el entramos al corazón de Dios, a nuestra salvación», «entrar por esta puerta prepara nuestra entrada a la Jerusalén celestial, a la casa de Dios en el cielo», «Jesucristo es la puerta abierta hacia la casa del Padre». Explicó que: El que entre por esta puerta se salvará y tendrá alimento abundante, el que pida perdón será perdonado, el que escuche la Palabra de Dios será iluminado por el Espíritu Santo, el que alabe a Dios será escuchado en su acción de gracias, el que suplique el favor de Dios y su bendición será atendido.

En el Templo, agregó nuestro señor Obispo: «Aquí aprendemos a ser hermanos» y dijo a los fieles como Dios en cada templo ofrece: amor, misericordia, gracia, perdón, luz, sabiduría para guiar la vida según el proyecto del Padre del cielo para sus hijos.

Del lugar más importante del templo afirmó: «Encontramos a Jesús en el altar, fundamento sólido de nuestra fe», «el que cree en Jesucristo, es como el que edificó una casa sobre piedra firme y aquí sobre quien estamos fundamentados es Cristo Nuestro Señor». «Aquí se celebra el sacrificio de Jesucristo que se ofrece al Padre e intercede por nosotros». «Aquí ponemos nuestras ofrendas, el trabajo de la semana, nuestras penas, súplicas, dolores, alegrías, buenas obras…, el trabajo de cada hombre y mujer, todo lo que hagamos de bueno y suframos de malo, el pan ganado con el sudor de la frente, todo lo ponemos como ofrenda en el altar el domingo, y por las manos del sacerdote, se transforma por Cristo, con Cristo y en Cristo, todo es honor y gloria para el Padre que escucha y bendice a sus hijos hermanos de Jesucristo».

Del Templo espiritual, la iglesia dijo: «En la Iglesia, hermanos, todos valemos lo mismo ante Dios y entre más pobres, se recibe más amor de Dios en el corazón». Nuestro señor Obispo manifestó su deseo porque esta comunidad sea como un árbol que de frutos de vida cristiana y que desde este nuevo templo: «Se derrame la gracia y bendición de Dios sobre cada uno de ustedes, niños, ancianos, enfermos, de los hermanos más pobres, sobre cada una de las familias y de los hermanos migrantes». También Felicitó al señor cura Pbro. Alfonso Muñoz Torres y padres vicarios que han acompañado y animado en la realización de esta bella obra.

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Fiesta en la Gruta de la Virgen de Lourdes
El 13 de Febrero, nuestro señor Obispo Don Mario De Gasperín Gasperín celebró la Eucaristía en la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes en la gruta dedicada a Ella en la comunidad de Laguna de Lourdes, de la parroquia de San José Galindo. En ella invitó a los fieles a pedir al Padre misericordioso ayuda en la debilidad y por la intercesión de la Virgen María, fuerza para resurgir del pecado a una vida nueva, como dice la oración que la liturgia propone para el día.

El Pastor agradeció la invitación del señor cura Pbro. Víctor Manuel Valdez Guevara, a la comunidad que acoge con motivo de esta celebración a hermanos de otras poblaciones que buscan la protección y ayuda de la Virgen María.

Nuestro señor Obispo De Gasperín, en la homilía recordó que Dios ve con ojos de misericordia, es Padre bueno, basta ver lo que Dios nos da cada día y a su Hijo Jesucristo. Describió la condición de debilidad que vive el hombre a consecuencia del pecado original. Recordó lo enseñado por san Pablo «vemos el bien, y queremos hacer el bien pero no podemos, nuestro corazón es débil, somos de voluntad quebradiza».
Enumeró las ayudas recibidas de Dios: Por medio de su Hijo Jesucristo que murió, resucitó y nos envió al Espíritu Santo. Por medio de la Madre de su Hijo, con su intercesión poderosa, su invitación a la penitencia a la oración amando obedeciendo e imitando a su Hijo Jesucristo. Por medio de sus mandamientos que nos dicen y orientan que debemos hacer y evitar. Por medio de su Palabra por la que conocemos su voluntad. Por medio de la Doctrina Cristiana para instruirnos en las cosas de Dios. Por medio de los sacramentos, haciendo énfasis el Pastor Diocesano en los sacramentos de iniciación cristiana.

El señor obispo afirmó: «El católico que quiere crecer fuerte como hijo sano de la Iglesia, va a la Santa Misa el Domingo». «Pobres los católicos, miserables, tristes, amargados, violentos, groseros, alejados que ya no le hacen caso a Dios, a su Palabra ni a la Iglesia y son esos católicos que forman un grande peso para nuestra Santa Madre la Iglesia. Por ellos pedimos a la Santísima Virgen de Lourdes en esta Misa». Y a todos los fieles deseó bendiciones, dicha y felicidad.

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El caminar de Iglesia Diocesana, durante la Revolución (2)
Padre Pedro Vera y Zuria y Excmo. Sr. D. Francisco Banegas Galván

A fines de noviembre de 1915, el general Montes controlaba el estado. Con esa confianza Carranza instaló el gobierno de la unión en Querétaro el 31 de diciembre de 1915. Su llegada de nueva cuenta creó malestar porque tuvieron que acondicionar cinco cuarteles para alojamiento de las fuerzas que lo acompañaban. El 1916 Querétaro era un  estado oficialmente constitucionalista, pero las culta sociedad católica seguía siendo anticarrancista. 

En 1916 Venustiano Carranza fija la residencia de los poderes federales en Querétaro. Convoca a una elección de diputados para redactar una nueva constitución. Los diputados constituyentes inician sus labores en diciembre de 1916, en sólo dos meses elaboran la nueva Constitución, basada en la anterior Constitución de 1857, pero adicionan varios párrafos y artículos de tinte socialista (Art. 3, 27, 123.) El 5 de febrero de 1917 se promulga la nueva constitución, cuyo principal fin en ese entonces es legitimar al gobierno de Carranza, quien de primer jefe pasa a ser presidente constitucional de la República, mediante elecciones celebradas unos meses después. La corrupción se generaliza entre los funcionarios. La nueva Constitución desconoce toda personalidad jurídica a la Iglesia y recrudece las leyes antirreligiosas de la Constitución de 1857. · ( El Artículo 3 estableció la educación laica para escuelas oficiales y particulares. El Artículo 5 prohibió los votos religiosos y el establecimiento de órdenes religiosas. El Artículo 24 estableció la libertad de creencias, pero prohibió todo acto de culto externo fuera de los templos o de las casas particulares. El Artículo 27 estableció el antiguo principio español del dominio de la nación sobre subsuelo. Consagró el reparto de la tierra; y perpetuó la nacionalización de los bienes eclesiásticos y prohibir la existencia de colegios eclesiásticos, conventos, obispados y demás. El Artículo 130 Corresponde a los Poderes Federales ejercer en materia de culto religioso y disciplina externa la intervención que designen las leyes.) «Carrancear» se vuelve sinónimo de «robar». La situación hace imposible que los seminaristas se reunieran de alguna forma.

El 14 de febrero, una vez publicada la Constitución de 1917, Carranza y su séquito salieron para México, mientras en la entidad se iniciará el proceso electoral para elegir gobernador. Carranza sabía que, para evitar problemas futuros, la gubernatura de Querétaro tenía que ser ocupada por un hombre que le fuera fiel y sumiso y que estuviera distante de la organización militar y de la actividad política. Fue así como designó al administrador Ernesto Perusquía. El 21 de febrero, el Congreso del estado declaró que Perusquía había obtenido la mayoría absoluta. Tomo posesión el 30 e junio de 1917. La primera preocupación de Perusquía al ocupar la gobernatura fue pacificar el estado, continuamente asediado por los rebeldes.

No debía prologarse por más tiempo la situación a que la revolución había reducido al Seminario Diocesano. Con el viaje de los ordenandos a Castroville, refiere el M. I. Sr. Cango. D. Pedro Vera, y la sentidísima muerte del M. I. Sr. Arcediano Provicario Capitular D. Florencia Rosas, acaecida el 27 de marzo de 1917, finalizo el Seminario Mayor de la casa del diezmo; pero al siguiente mes nació el Seminario Menor en la casa situada en la calle primera de San Antonio, número 10.

A la muerte del muy ilustre Sr. D. Florencio Rosas, el padre Pedro Vera y Zuria, fue sucesor de éste en el cargo de Provicario Capitular. Baste que sería más tarde Arzobispo de Puebla, se encarga entonces de reorganizar la vida diocesana, demostró su gran prudencia para tratar a las autoridades; dio muestras de sus dotes de gobierno: vigilancia celosa, suave energía y delicado tino en el trato con sus gobernados. Baste recordar su diligencia en dar a conocer el Código del Derecho Canónigo y procurar que todos se adaptasen en la forma posible y desde luego a sus cánones; en reanudar mucho de lo interrumpido por los trastornos políticos, como las conferencias eclesiásticas, las peregrinaciones al Tepeyac y diversas prácticas piadosas; abrió al culto varios Templos clausurados por la revolución.

Pero una de sus atenciones principales fue la reorganización del Seminario Conciliar, el 3 de noviembre de 1917, reabrió el Seminario, clausurado en 1914, asumiendo él mismo el cargo de Rector interino y Director Espiritual. Consagró cuidados especiales a esta obra predilecta suya, y poco a poco en medio de la crisis inicia un nuevo período de florecimiento. Comenzaron los cursos con nueve alumnos; mas este pequeño grupo semejante a un granito de mostaza, ostensiblemente regado con el rocío del cielo, fue creciendo, creciendo, hasta llegar a veinticinco alumnos al finalizar el curso.

Después de cinco años sin obispo, sin pastor la diócesis recibió a su quinto Obispo el Excmo. Sr. D. Francisco Banegas Galván, tomó posesión el 15 de agosto de 1919 y la gobernó hasta el 14 de noviembre de 1932. Fue consagrado en la I. y N. Basílica de Guadalupe el 27 de julio del mismo año, tomo posesión de la Diócesis por procurador, que lo fue el M. I. Sr. Reynoso y arribo a la ciudad de Querétaro el 9 de agosto.

Venustiano Carranza y Álvaro Obregón responsabilizaron a la Iglesia católica del golpe de estado perpetrado por Victoriano Huerta en contra de Francisco I. Madero. De ahí el encono que desplegaron en su contra a nivel nacional (por ejemplo, en un acto simbólico en la ciudad de Querétaro apilaron los confesionarios y les prendieron fuego). En el Congreso Constituyente de 1917, se aprobaron varios artículos que se dirigían expresamente a reglamentar la práctica religiosa. La Iglesia católica considero que con ello se violentaban sus derechos y se restringía su libertad, por lo que declaro que lucharía por echar abajo tales preceptos.

Viviendo la Iglesia católica una situación de asedio desde la llegada de las fuerzas carrancistas a la ciudad de Querétaro en 1914, varios sacerdotes tuvieron que huir y varios templos tuvieron que cerrar sus puertas. La Iglesia busco reconstituirse después de haber terminado el movimiento revolucionario. La Revolución terminó oficialmente en 1917 con la promulgación de la Constitución de 1917, si bien hubo conflictos internos y rebeliones armadas hasta la década de los treinta. El Excmo. Sr. D. Francisco Banegas Galván, en su primera carta pastoral planteo que la Diócesis de Querétaro seria consagrada al Espíritu Santo con sus siete dones: el de la sabiduría, el entendimiento, el consejo, la fortaleza, la ciencia, la piedad y el temor de Dios. Reafirmando su elección, escogió corno escudo episcopal la representación del estado primordial del mundo: sobre la esfera terrestre, informe y envuelta en tinieblas, se mecía el Espíritu Santo para comunicarle luz, belleza y fecundidad. En el cerco del escudo se leían las palabras del apóstol San Juan: «el espíritu donde quiera sopla».

Esta elección implico darle prioridad a las acciones que acercaran a este espíritu: la meditación, la oración, la suplica. De allí que viera con angustia que no se estaban formando los sacerdotes necesarios y suficientes, ya que desde su punto de vista, ellos serian los generadores de un ambiente de oración en todos los rincones del estado, por eso exclamo: «Con ochenta y cinco (sacerdotes) que somos, es imposible atender corno es debido las indispensables exigencias del servicio de las almas.»

Por esta razón, una de las tareas en las que se puso énfasis especial fue en la de fortalecer el Seminario. Lo cuido corno a «la niña de sus ojos», siendo que esta institución había sido cerrada por los carrancistas y los estudiantes se vieron obligados a continuar su formación en casas particulares bajo el temor de ser aprehendidos.

La reapertura del mismo se había verificado el 3 de noviembre de 1917. Se había consolidado al tener corno hogar la casa número 146 de la calle Pasteur. En esta tarea tuvo todo el apoyo de una familia Urquiza, quienes se distinguieron corno benefactores de la institución.
Pbro. Francisco F. Gavidia Arteaga VV

lunes, 8 de febrero de 2010

Comuniòn Querètaro, 21 de Febrero de 2010 Nº 627

«Que en Cristo Nuestra Paz, México tenga Vida Digna»

Exhortación Pastoral del Episcopado Mexicano sobre la misión de la Iglesia en la construcción de la paz, para la vida digna del pueblo de México.

En los últimos meses, en toda la geografía nacional, suceden hechos violentos, relacionados, en numerosas ocasiones, con la delincuencia organizada; esta situación se agrava día con día. Recientemente se ha señalado que una de las ciudades de la República Mexicana tiene el índice más alto de criminalidad en el mundo. Esta situación repercute negativamente en la vida de las personas, de las familias, de las comunidades y de la sociedad entera; afecta la economía, altera la paz pública, siembra desconfianza en las relaciones humanas y sociales, daña la cohesión social y envenena el alma de las personas con el resentimiento, el miedo, la angustia y el deseo de venganza. Ante esto la Conferencia del Episcopado Mexicano, (los obispos de México) el pasado 15 de febrero presentaron la Exhortación Pastoral del sobre la misión de la Iglesia en la construcción de la paz, para la vida digna del pueblo de México, que titularon «Que en Cristo Nuestra Paz, México tenga Vida Digna»
Con esta Exhortación Pastoral nuestros Obispos quieren compartir su discernimiento sobre la misión de la Iglesia en la realidad de inseguridad y violencia que se vive en nuestro país y alentar la esperanza de quienes por esta razón viven con miedo, con dolor e incertidumbre. La Iglesia cumple su misión siguiendo los pasos de Jesús y haciendo suyas sus actitudes (Cf. Mt 9,35-36); de Él aprendemos la sublime lección de anunciar el Evangelio de la paz con la confianza puesta en la fuerza transformadora del Amor.
Se acercan a esta realidad con ojos y corazón de pastores. Acompañan en el camino de la vida a los hombres y mujeres de nuestro tiempo y compartimos sus esperanzas, sus logros y frustraciones; por ello, al ocuparse de los desafíos que la vida social, política y económica plantea a la vocación trascendente del hombre, no lo hacen como expertos, ni como científicos o técnicos, lo hacen como intérpretes y confidentes de los anhelos de muchas personas, especialmente de las más pobres y de las que sufren por causa de la violencia.
Los más de cien obispos hacen un LLAMADO A LA RECONCILIACION «Entre las funciones de la Iglesia está el ser reconciliadora. Por lo tanto, hacemos un llamado a la reconciliación a los gobernantes, a la ciudadanía e incluso a los miembros del crimen organizado. ¡A todos!».Recalcó también que, para construir la paz, se debe primero «educar para la paz», sobre todo en el seno de la familia y en las escuelas. «La paz es un don de Dios que debemos compartir con los demás».
En esta exhortación nuestros obispos analizan la inseguridad en el país y hacen recomendaciones a políticos, medios de comunicación y Fuerzas Armadas. Se detallan los «factores» que están ocasionando la violencia en el país, como son la crisis económica, la desigualdad social, la crisis de legalidad y el debilitamiento del tejido social. El proyecto incluye 258 puntos , de 115 páginas y producto de más de un año de trabajo.
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Bendición de la Casa Albergue de Vifac en Querétaro El 4 de Febrero nuestro señor obispo Don Mario De Gasperín Gasperín bendijo las instalaciones de la nueva casa albergue de VIFAC, estuvo acompañado por un grupo de jóvenes madres destinatarias de la obra, la Presidenta fundadora de VIFAC, Sra. Marilú Mariscal de Vilchis, bienhechores, voluntarias, colaboradores y autoridades civiles.
Animó a los que llevan adelante esta obra a favor de la vida, para que la continúen cuidando, fomentando y si es necesario defendiendo. Bendijo este hogar y a quienes lo habitan. Imploró la protección amorosa de Dios y de Santa María de Guadalupe Reina de México, para que salve nuestra patria y conserve nuestra fe.
En el albergue VIFAC, de futuras madres en situación de desamparo o de grave crisis emocional, pueden asomarse a una expectativa digna y esperanzadora. Cuenta con instalaciones en lo estrictamente indispensable, para brindar apoyo a mujeres embarazadas en soledad. Se les proporcionan gratuitamente los cuidados propios de la gestación, así como alimento, atención psicológica, preceptoría, formación en valores, educación sexual correctamente orientada y diversos talleres de oficios. VIFAC trabaja por una sociedad más fuerte en sus valores, en su ética y en su aprecio por la vida.
Para más información puede escribir a: queretaro@vifac.org o visitar: http//www.vifac.org
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México, D.F., 5 de febrero del 2010

«Anunciar la buena noticia no es para mí motivo de orgullo,
sino una obligación a la que no puedo renunciar» (1Cor 9,16)

CIRCULAR 2/10

EMINENCIA/EXCELENCIA:

Por petición de La Secretaría de Estado, le envío información de una persona que quiere hacerse pasar como Obispo Ortodoxo. Se ruega pueda Usted comunicar esta alerta a todas las parroquias, comunidades religiosas y conventos de su jurisdicción para que no vayan a ser sorprendidos.
Se trata del Sr. Juan Ignacio Cariaga y Cariaga, de nacionalidad chilena, quien se ha presentado con el nombre de «Clemente» o de «Alexandros de Córdoba», perteneciente a varias «Iglesias» (Iglesia Greco Ortodoxa Rusa en América Latina» «Santo Sínodo Heleno Ortodoxo Tradicinal»…), y últimamente intenta ser acogido en la plena comunión con la Iglesia Católica.

El Sr. Cariaga no es reconocido como Obispo por ninguna Iglesia Ortodoxa y por lo tanto se recomienda no darle crédito a sus afirmaciones.

Le ruego a Usted tome las precauciones pertinentes y así evitar cualquier tipo de engaño.
Aprovecho la ocasión para manifestarle las muestras de mi más alta estima.


+ Víctor René Rodríguez Gómez
Obispo Auxiliar de Texcoco
Secretario General de la CEM
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Fiesta del «Señor del Santo Entierro» El 5 de Febrero nuestro señor Obispo Don Mario De Gasperín Gasperín, en la Parroquial de San José Iturbide celebro la fiesta del «Señor del Santo Entierro».

El señor obispo inició su homilía exclamando: «Nuestra ayuda consiste en invocar el nombre del Señor. En su nombre fuimos salvados». agregó: «somos pobres pecadores y necesitamos quien nos salve, nadie se salva a sí mismo, y sólo Dios puede salvarnos».

Describió a Nuestro Señor Jesucristo, el Salvador como: el Hijo de Dios bendito, hermano nuestro, de nuestra carne, compartió nuestra humanidad, tuvo una madre, sintió hambre y sed, lloró, trabajó, predicó el evangelio, anunció la salvación, mostró amor y misericordia, fundó su Iglesia, entregó su vida en la cruz, nos salvó, nos hizo hijos de Dios, resucitó, nos da la vida eterna, intercede por nosotros.

Nuestro señor Obispo explicó como la asamblea aquí y ahora invoca el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, recordando el misterio de su muerte dolorosa, su santo entierro, su santa sepultura. Y como vive para siempre intercediendo por todos y quiere que todos resuciten con Él.

Habló del Kerigma: «Anuncio gozoso porque tenemos un Salvador, Jesucristo, que murió por nuestros pecados y resucitó para hacernos hijos de Dios y por Cristo, en Cristo y con Cristo tenemos esperanza de vida eterna, de salvación, de felicidad para siempre».

Manifestó el deseo de todo sacerdote: «Que la fe en Jesucristo esté viva en cada uno, que nunca olvidemos al Señor Jesucristo, nunca olvidemos lo que hizo por nosotros, que fuimos rescatados del poder del demonio y de la muerte por su muerte redentora».
Destacó la importancia de la parroquia, de los sacerdotes, de la familia donde se anuncia y se da a conocer que tenemos un salvador, Jesucristo, en quien tenemos esperanza de salvación. Como nace, crece, se fortalece un católico de verdad por medio de los sacramentos de iniciación cristiana, (bautismo, confirmación, Eucaristía). Y cómo es un verdadero discípulo y misionero de Jesucristo, que conoce, ama, sigue, imita, predica a Jesucristo, lleva a Jesucristo a los demás, a su comunidad, y al mundo entero.

Para concluir nuestro señor Obispo, mostró a la asamblea, a San Felipe de Jesús, primer mártir mexicano, quien consagró su vida al servicio del Evangelio, y dio testimonio con su sangre derramada por el martirio para que ayude a todos a conocer y amar a Jesucristo y ser auténticos cristianos, sus discípulos y misioneros.
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«Jornada de la Vida Consagrada»
El 2 de Febrero, en la fiesta de la Presentación del Señor y Jornada de la Vida Consagrada, nuestro Obispo Don Mario De Gasperín Gasperín, presidió la Eucaristía con religiosas y religiosos de las órdenes, congregaciones e Institutos que trabajan en la Diócesis de Querétaro. La casa de las Catequistas de María Santísima acogió al numeroso grupo de consagrados, para orar, estudiar y reflexionar juntos sobre su testimonio de vida, regalo de Dios a toda la Iglesia. Y también fieles y junto al Pastor Diocesano renovaron con la formula de la Profesión religiosa su deseo de dedicar su vida totalmente a Dios viviendo en comunidad los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia según el carisma regalado por el Espíritu Santo a la familia religiosa que pertenecen.

El objetivo de esta Jornada de la Vida Consagrada «Fue triple: ante todo alabar y agradecer al Señor por el don de la vida consagrada; en segundo lugar, promover su conocimiento y la estima de parte de todo el Pueblo de Dios; y finalmente, invitar a cuantos han dedicado plenamente su propia vida a la causa del Evangelio a celebrar la maravillas que el Señor ha obrado en ellos».

Nuestro señor Obispo recordó que esta festividad fue dedicada por el Venerable Papa Juan Pablo II para celebra el don de la «Vida Consagrada». Agradeció la presencia de institutos tanto femeninos como masculinos al servicio del Señor presentes y ausentes en la celebración. Invitó a todos a la oración en común que fortalece la acción de gracias a Dios por el regalo de la vida consagrada a la Iglesia y al mundo. El Papa Benedicto XVI, enfatizó, considera la vida consagrada como una riqueza. El Pastor diocesano invitó a pedir para que Dios conceda apreciar y estimar la vida consagrada en la Iglesia y en la Diócesis, para que en las parroquias estimen los fieles su verdadera dimensión.

Invitó a todos los institutos a participar con la pastoral vocacional animada por la Diócesis para fortalecer la vida religiosa, afirmó «unidos demos testimonio de fraternidad y al mismo tiempo expongamos a los fieles las grandes riquezas de los dones del Espíritu Santo. Y el suscitará vocaciones para cada uno de los institutos».
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«Es el misterio de la fe, el sacramento de nuestra salvación, el sacrificio del calvario presente entre nosotros»Homilía en la misa del Primer Aniversario de la Erección Canónica de la Basílica de Nuestra Señora de los Dolores de Soriano.
Soriano, Colón, Qro., 6 de Febrero de 2010

Muy Ilustres señores Vicarios Generales
Hermanos Presbíteros
Hermanos Consagrados y Consagradas
Miembros de los Consejos Parroquiales de Pastoral
Hermanas y Hermanos en el Señor Jesús 

1. Saludo a todos ustedes con afecto en el Señor y les doy la bienvenida a la Casa común, la ahora Basílica de Nuestra Madre Santísima, la Virgen de los Dolores de Soriano, Nuestra Patrona diocesana. 

2. Hoy es día de fiesta, de celebración y de acción de gracias por los beneficios divinos recibidos, cuyos aniversarios recordamos con alegría: El 146 de la Fundación de nuestra Diócesis de Querétaro con la bula Deo Optimo Maximo del Papa Pío IX; el 46 aniversario de la Coronación Pontificia de la piadosa Imagen de Nuestra Señora de los Dolores; el 1° de la Erección canónica de la Basílica y el aniversario número 19 de los Consejos Parroquiales de Pastoral.  

3. Acabamos, además, de publicar el Plan Diocesano de Pastoral, Tercera etapa 2010-2016, centrado en la Misión Permanente, y estamos celebrando el Año Sacerdotal que esperamos, bajo la protección de San Juan María Vianney, produzca abundantes frutos de santificación para nosotros los sacerdotes y de aumento de vocaciones sacerdotales y misioneras. En verdad, Hermanas y Hermanos, el Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres (Ps 126, 3). Aquí hemos venido a mostrarle nuestra gratitud y nuestra alegría. 

4. Quisiera ahora, en primer lugar, invitarlos a contemplar, como en un retablo, la imagen de la Iglesia que nos presenta san Juan en el pequeño trozo del Evangelio que acabamos de escuchar, y ver allí también reflejada nuestra iglesia diocesana. Aparece primero y en el centro, «la cruz de Jesús», o sea, Jesús en la cruz. Ese es el centro, el corazón, el punto de referencia y de apoyo de la Iglesia: El Crucificado. Por eso, en nuestros templos e iglesias, siempre en el altar, en lugar principal y visible, debe estar el Crucifijo para que «miremos al Traspasado» y, fijos los ojos en Él, obtengamos la curación de nuestras llagas y de nuestros pecados. La soberbia humana, la lujuria y la prepotencia violenta, sólo se curan mirando con fe y de rodillas al Crucificado. El Crucifijo es un icono, una imagen litúrgica, que no debe faltar ni en altar ni en nuestro hogar. 

5. Junto a la cruz de Jesús, «estaba presente su Madre». La Virgen María no puede faltar junto a Jesús, pues por Ella nosotros recibimos al «autor de la vida, Jesucristo, Señor nuestro». Junto a Jesús, su Madre está compartiendo sus dolores, asociándose a sus sufrimientos redentores e intercediendo por nosotros. Es una presencia fuerte y consoladora, martirial y maternal, una presencia llena de fortaleza y al mismo tiempo de dulzura y de compasión. Es la Virgen fiel que mantuvo el sí de la Anunciación hasta la Cruz, y que nos enseña a permanecer fieles a Cristo también en el sufrimiento y nos consuela al mismo tiempo que nos ayuda a llevar su cruz. Es la Madre de los Dolores, a la que ahora aquí veneramos en esta devota imagen como Madre y Patrona nuestra. 

6. Estaban presentes también «la hermana de su madre, María la de Cleofás y María  Magdalena». Es la primera, naciente y fiel, pequeña pero valiente comunidad de seguidores de su Hijo. Esas que nosotros llamamos «las santas mujeres», serán testigos privilegiados de la resurrección de Cristo, y constituyen la presencia germinal de nuestra comunidad cristiana de testigos de Jesucristo. Serán las primeras en anunciar la resurrección a los discípulos y a nosotros. 

7. En ese contexto «eclesial», Jesús dirige su mirada desde la Cruz a dos personas del grupo: «a la madre y al discípulo al que él quería». Con ellos tendrá lugar ese diálogo que es nuestro consuelo y esperanza: su madre recibe al discípulo como hijo y el discípulo recibe a la madre de Jesús como propia. María amplía la maternidad de su Hijo para asumir, junto con ella, la maternidad de todos nosotros. Será la madre de la nueva comunidad. Desde ahora somos hijos en el Hijo y Ella es madre nuestra porque es la Madre de Jesús. Quien la recibe «en su casa» es el apóstol Juan, es decir, es la Iglesia fundada por Cristo sobre los apóstoles, la que recibe y goza de la intimidad maternal de María. Allí, precisamente «en su casa», en la comunidad apostólica, ella ejercerá su maternidad sobre toda la comunidad que allí se reúne: sobre toda la Iglesia.  

8. Esta es la imagen de la Iglesia que nos sugiere este pequeño trozo del Evangelio de san Juan, que reproduce este nuestro encuentro diocesano y que debemos prolongar en cada una de nuestras parroquias, especialmente en nuestras celebraciones litúrgicas. Cada comunidad parroquial debe actualizar este misterio con todos sus elementos y con toda su gracia salvadora. Es el misterio de la fe, el sacramento de nuestra salvación, el sacrificio del calvario presente entre nosotros. 

9. Haremos también, en esta ocasión, la bendición de la capilla que, asumiendo un nombre tomado de los hermanos Otomíes -ahora reconocidos por la UNESCO como generadores de cultura católica por sus ritos, fiestas y tradiciones-, hemos llamado «Capilla de ánimas», porque queremos dedicarla especialmente a orar por nuestros difuntos, como es piadosa y fiel tradición católica. En la Capilla del Apocalipsis celebramos a la Iglesia triunfante; en ésta, llamada «de Animas» tenemos presente a la Iglesia que aún necesita de purificación y de nuestra oración; y en nuestra Basílica nos hacemos presentes los que aún peregrinamos en este mundo hacia la casa del Padre. Aquí, pues, descansarán, esperando la resurrección, los restos de un querido Sacerdote, insigne bienhechor del pueblo y gloria de la Iglesia diocesana, Don Florencio Rosas, en cuya persona queremos honrar, en este Año Sacerdotal, a todos los sacerdotes de nuestra Diócesis que han entregado su vida al servicio de la Iglesia. 

10. Descansan también aquí los restos mortales de las últimas Hermanas Religiosas que pertenecieron a la Comunidad de Santa Rosa de Viterbo, en nuestra Ciudad episcopal, y que fueron violenta e injustamente arrojadas de su convento, pero recibidas con piedad y amor cristianos por sus familias y por la comunidad católica de este hospitalario pueblo de Colón. Nosotros recogimos sus restos mortales, les rendimos el honor que merecen y oramos por ellas. En memoria, pues, de este venerable Sacerdote y de estas Hermanas Religiosas, hemos construido esta capilla en la cual se orará constantemente por todos los hermanos y hermanas «que nos han precedido en el signo de la fe y descansan el sueño de la paz». Los católicos creemos en la vida eterna, en la vida futura, en la resurrección de los muertos y en la comunión con ellos mediante la oración y los sufragios; por eso, nos acordamos con cariño y respeto de nuestros difuntos, para que ellos nos tengan  presentes ante el Señor. Es la «comunión de los santos» junto con la esperanza de la «vida eterna» la que nos anima y sostiene en nuestra luchas.  

11. Hermanas y Hermanos: Nuestra fe es regalo espléndido de Dios; nuestra Iglesia católica es hermosa; la cruz de Cristo es poderosa; sus sacramentos, su gracia, su vida son dones que no merecemos, pero que disfrutamos; su Madre santísima no nos abandona nunca y nos consuela siempre. Tampoco somos ilusos: sabemos que la lucha es ardua y continua, que el nombre de Cristo es objeto de contradicción y que los cristianos no podemos menos que sufrirla también: «Si buscáramos agradar a los hombres, no seríamos discípulos de Jesucristo», decía san Pablo. Pero el Espíritu de Jesús, el Espíritu de la Verdad, está siempre con su Iglesia, con todos y cada uno de nosotros. Nuestra Iglesia ha pasado por momentos difíciles, ciertamente más que los que ahora está pasando; pero el grito de Cristo se sigue resonando en nuestros oídos: «No tengan miedo: Yo he vencido al mundo». Con Cristo y su Madre santísima tenemos asegurada la victoria. Al Señor Jesús, triunfador del pecado y de la muerte, sea en la Iglesia el honor y la gloria por siempre Amén.
 
† Mario De Gasperín Gasperín
VIII Obispo de Querétaro
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El caminar de Iglesia Diocesana, durante la Revolución (1)
Padre D. Manuel Reynoso Olmedo y Padre D. Florencio Rosas Arce.


El Excmo. Sr. D. Manuel Rivera y Muñoz, gobernó la Diócesis de Querétaro del 11 de mayo de 1908 al 2 de mayo de 1914, la Revolución le provocó grandes penas. Muerto el Sr. Rivera, el muy Ilustre y Venerable Cabildo Catedral, en sesión plena celebrada el 6 del mismo mes, constituyó Vicario Capitular Sede Vacante al Padre D. Manuel Reynoso Olmedo.

Los rumores que corría  acerca de las profanaciones que había cometido los revolucionarios contra las personas y cosas consagradas a Dios, obligaron al P. Rector a permitir, con anuencia del M. I. Sr. Vicario Capitular, que los alumnos que quisieran, pudieran marchar a sus casa para evitar posibles atropellos. No quedaron en el Seminario sino unos treinta seminaristas de la ciudad, esperando noticias más tranquilizadoras para poder reanudar las labores escolares con los compañeros que había partido para sus casas.

Así trascurrieron varias semanas de incertidumbre, hasta que el 15 de julio de 1914, renunció Victoriano Huerta; el 19 de julio de 1914 por la noche se supo que los carrancistas venían en dirección a Querétaro, (plaza intermedia para llegar a México,) persiguiendo a los últimos federales. Todavía se creyó que aquéllos tardarían en llegar, porque necesitaban tiempo para reparar la vía de ferrocarril, levantada por lo que huían. Pero no fue así, el 28 de julio por la tarde con grande consternación se recibió noticia telefónica de que los revolucionarios estaban a una legua de distancia de la ciudad, evacuada días antes por las fuerzas del gobierno, y que esa misma noche el general Francisco Murguía, del Ejercitó del Noreste que era comandado por el general Pablo González, y el general Jesús Carranza tomaron la ciudad de Querétaro. Eran mas de 20 000 soldados que llegaron con sus soldadura y su carabinas 30-30. Los pocos alumnos del Seminario fueron violentamente enviados a su casa. Después de una noche de pánico, causado por los tiros, gritos desaforados y carreras de lo que habían entrado en la ciudad sin encontrar resistencia. Los soldados ocuparon los mesones y los Conventos. El Liceo de los Hermanos, el Pío Mariano, San Felipe, La Cruz, Teresitas y otros fueron convertidos en cuarteles, mientras que los jefes se hospedaban en las casas particulares. Las autoridades huertitas fueran puestas en prisión. La Revolución, tantas veces negada y rechazada, había llegado para quedarse. A su paso, los jefes militares constitucionalistas impusieron contribuciones forzosas a las familias pudientes, saquearon las cajas de los Ayuntamientos, robaron y asaltaron haciendas.

El 2 de agosto de 1914, el coronel de artillería Federico Montes Alanís fue nombrado gobernador y comandante militar de la plaza de Querétaro. Durante este primer gobierno, Montes Alanís cultivó el terror entre las clases medias y las dominantes. En particular, los queretanos se atemorizaron por los constantes cateos que se efectuaban a las casas particulares, y amenaza de la pena de muerte.

Como repudio a la Iglesia, se habían quemado los confesionarios del Templo de San Francisco y muchos sacerdotes fueron deportados a México en una «Jaula de ganado», lo que causó gran indinación entre los queretanos.

El Rector del Seminario, tuvo que acogerse al Consulado Español, donde permaneció hasta el 11 de agosto, día en que fue sacado a viva fuerza por agentes de la policía, violando territorio extranjero, para llevarlo primero a un cuartel y luego a la estación de ferrocarril, pero no para ser deportado, como a otros sacerdotes, a la frontera y desterrados del país sino a la estación de comunidad de La Griega, sin saber por qué. El día 12 fue de nuevo traído a Querétaro, en donde quedó en relativa libertad. El 29 de agosto los dos superiores que habían quedado en Querétaro y otros tres sacerdotes recibieron la orden de partir desterrados a los Estados Unidos en el tren que iba a salir media hora después. A las ocho d la noche partió el tren rumbo a San Luis Potosí. Con la partida de ellos, el Seminario pasaba de nuevo a manos del clero secular, después del período en que había estado en las de los RR. PP. Operarios Diocesanos, período tan prometedor de grandes bienes para una formación integral de los futuros sacerdotes de la Diócesis.

A fines de agosto de 1914 el Vicario Capitular Sede Vacante, el Padre D. Manuel Reynoso Olmedo, huye del país a causa de los trastornos políticos de la revolución carrancista. Queda al frente de los asuntos eclesiásticos el Ilmo. Padre D. Florencio Rosas Arce, en calidad de Pro Vicario Capitular, época terrible, gobernó en medio de un mar de tribulaciones, permaneciendo al frente de la Iglesia, sufriendo disgustos y humillaciones, exponiendo su vida, antes de abandonar a su grey que se le había encomendado. El Padre D. Florencio Rosas Arce,

Las autoridades civiles que el llamado Gobierno Constitucionalista impuso en Querétaro, hicieron imposible por de pronto que los seminaristas se reunieran en alguna forma para reanudar sus estudios.

El 2 de abril de 1915, el Gral. Obregón tomo la ciudad de Querétaro, y nombró a José Siurob gobernador y comandante militar de la plaza. El Pío Mariano, el Liceo (Teresitas) y el Hospicio Vergara fueron convertidos en hospitales de sangre. En tres días llegaron a Querétaro más de 800 heridos, la ciudad no estaba preparada para recibir tal cantidad. Como lo temían los queretanos, por falta de higiene, a principios de junio de 1915 se registró un brote de cólera. Además, el tifo y la viruela se habían extendido entre la tropa.  Siurob también aplicó la ley de manera indiscriminada, como en los tiempos de Huerta, desterró a varios sacerdotes.
 
 El 3 de mayo de 1915 Federico Montes Alanís vuelve a gobernar Querétaro, impuso la higiene pública –obligó a todos a bañarse- y organizó un servicio de inspección médica diaria para controlar la peste de tifo y viruela; anunció que la propiedad privada sería respetada «en lo absoluto»; ratifico el principio de separación Iglesia-Estado. 
  
Tan pronto como las circunstancias lo permitieron el Provicario Capitular, reunión a los seminaristas en pequeños grupos bajo la dirección de sacerdote muy recomendables. Las casas en donde se reunieron eran: la cural de San Juan del Río, la del Capellán de la hacienda de Jurica y la del mismo padre Rosas. Mejorando un poco la situación, en julio de 1915 dispuso que concurrieran a clases, en noviembre de 1915 dio principio a una vida de Semi internado, del cual fue rector el Padre Florencio Rosas, así estaba salvado, gracias a la protección de la Virgen de Guadalupe y al celo del Sr. Rosas, el Seminario en plena época de efervescencia revolucionaria.
 
 Entre tanto los Excmos. Sres. Obispos mexicanos refugiados en La Habana, con la precaria situación a que se habían tenido que reducir, provocaron la caridad de dos sacerdotes norteamericanos que cayeron en la cuenta de ella, y luego la de algunos de los Sres. Obispos de la misma nacionalidad, quienes, para resarcir en lo posible las injusticias que con México habían tenido sus coterráneos, invitaron a los desterrados a cambiar su residencia a los Estados Unidos, ofreciéndoles mejores condiciones de vida.
 
Aceptada la invitación, ya en el hospitalario país, manifestaron a .sus generosos bienhechores que una de las mas grandes penas que los afligían era el saber que los edificios de sus Seminarios habían sido confiscados, que los seminaristas estaban dispersos, y que no había esperanzas en lo humano de poderlos reunir para que continuaran en debida forma su formación en un futuro próximo. Esto movió a los dirigentes de la Sociedad para la Extensión de la Iglesia Católica, de la cual había sido fundador y era entonces Director Mons. Francis Clement Kelley, a ofrecer la ayuda necesaria para que se estableciese en los Estados Unidos un Seminario Nacional Mexicano, en el cual los mexicanos aspirantes al sacerdocio pudiesen en una vida tranquila de oración y estudio continuar su propia formación eclesiástica.
Pbro. Francisco F. Gavidia Arteaga