lunes, 1 de noviembre de 2010

Comuniòn Querètaro, 31 de Octubre de 2010 Nº 663

Atenta Invitación

A LOS HERMANOS PRESBÍTEROS DE LA DIOCESIS DE QUERETARO

Hermanos Presbíteros:

Los saludo con afecto en el Señor y les comunico que la Comisión Coordinadora que prepara la Conmemoración de mis cincuenta años de Vida sacerdotal, presidida por el M.I. Sr. Vicario General Mons. Salvador Espinosa Medina, organizó, como es del conocimiento de ustedes, para el 4 de noviembre un Encuentro del Presbiterio Diocesano en el Seminario Mayor lo cual de antemano agradezco de corazón.

Como el Señor Nuncio Apostólico en México, Sr. Arzobispo Dr. D. Christophe Pierre aceptó gustoso la invitación de estar presente en dicha celebración, me permití, escuchada la Comisión preparatoria, invitar al Sr. Nuncio a presidir esa tarde, a las 17:00 hrs. una santa Eucaristía para orar por el Santo Padre el Papa Benedicto XVI y pedir a Dios lo proteja, lo libre de sus enemigos y le conceda, mediante su laborioso pontificado, conducir a la Iglesia por caminos de paz y prosperidad; lo mismo, para agradecerle los grandes beneficios espirituales que aportó a nuestro sacerdocio el Año Sacerdotal que tuvo a bien proclamar y del cual nuestra Diócesis, y nosotros con Ella, nos hemos visto beneficiados.

Los invito con apremio fraterno a concelebrar la santa Eucaristía con el Señor Nuncio Apostólico y a orar todos juntos, como Presbiterio, por el Romano Pontífice. El contar con la presencia y participación de todos y cada uno de ustedes, será un gesto de comunión fraterna que atraerá también sobre nuestra Diócesis y sobre nosotros el beneplácito divino y la bendición del Cielo.

Les agradezco su atención y presencia en dicha Concelebración en la capilla del Seminario Mayor.

En el nombre del Señor Jesús, los saluda y bendice.

Santiago de Querétaro, Oro., Agosto 17 de 2010.

+ Mario De Gasperín Gasperín
Obispo de Querétaro
Programa:
14:00 Torneo Deportivo
17:00 Concelebración Eucarística con el señor Nuncio
Apostólico, Excmo. Sr. Arz. Christophe Pierre.
19:00 Concierto
20:00 Cena
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Ejercicios espirituales para sacerdotes
El presbiterio de la Diócesis de Querétaro tuvo la oportunidad de hacer sus Ejercicios Espirituales anuales. Los Ejercicios Espirituales para sacerdotes son períodos de tiempo dedicados a la oración, al silencio, a la meditación y al encuentro fraterno entre presbíteros. Se llevaron a cabo en dos fechas:
Del 11 al 15 de octubre, en la en la Casa de Pastoral Juan Pablo II, en San Juan de los Lagos, organizados por la Comisión del Clero. El Director Espiritual de los mismos fue el padre Luis Ruiz, Misionero del Espíritu Santo. El tema fue variado, tocando temas desde la realidad social y moral que vivimos, configuración con Cristo, vocación, consagración, misión, comunión, incoherencia entre fe y vida, sentido de pertenencia a Cristo. Los padres que se registraron según la oficina de registro fue de 79.
La segunda semana de Ejercicios Espirituales para los demás Sacerdotes de nuestra Diócesis, fueron del 18 al 22 de octubre en la misma casa de ejercicios en San Juan de los Lagos, y fueron impartidos por el Pbro. Ezequiel Castillo Solano, Maestro de Teología de la UPM. de la Diócesis de Huajuapan de León los temas también fueron en torno a la paz, como trababar para lograrla ante la situción de Violencia que se vive en México. Los padres que se registraron según la oficina de registro en este segunda semana fue de 84.
El Directorio para el Ministerio y la Vida de los Presbíteros recomienda, entre otros medios para mantener y acrecentar la vida espiritual de los Sacerdotes, los ejercicios y retiros espirituales periódicos. “El cuidado de la vida espiritual se debe sentir como una exigencia gozosa por parte del mismo sacerdote, pero también como un derecho de los fieles que buscan en él consciente o inconscientemente al hombre de Dios, al consejero, al mediador de paz, al amigo fiel y prudente y al guía seguro en quien se pueda confiar en los momentos más difíciles de la vida para hallar consuelo y firmeza”. (n 39).
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Homilía del Sr. Obispo en el LXIV Aniversario de Coronación Pontificia de la Virgen del Pueblito

Santiago de Querétaro, Qro., 17 de octubre de 2010
 
  1. En el evangelio de este domingo nos presenta san Lucas una pequeña parábola de Jesús sobre la oración: Una viuda pobre que insiste ante el juez inicuo hasta que éste se ve obligado a escucharla. Recordemos que el domingo pasado nos habló de los diez leprosos curados, de los cuales sólo uno, el samaritano, regresó a dar gracias a Dios. Jesús se queja del 90% de desagradecidos que existe entre los cristianos beneficiados por Dios con el don de la fe, que cura el alma. Recibieron el beneficio, pero no dieron gracias a Dios porque, en una palabra, no tenían fe; porque la fe, o se tiene o no se tiene, y, si se tiene, se demuestra con obras, comenzando por la gratitud. La parábola de hoy sobre la oración perseverante, continúa el tema de la fe, que Jesús va desarrollando para sus discípulos durante su viaje a Jerusalén.

2. De la fe verdadera, capaz de desarraigarnos de los bienes materiales y de poner nuestra total confianza en Dios, brota la alabanza a Dios y la verdadera oración. Somos leprosos sanados, pero, sobre todo, somos hijos acogidos y escuchados por Dios. Son muchos los que no oran ya, ni dan gracias, porque han perdido la fe, aunque pretendan tenerla.  Sólo el Señor sabe quién tiene verdadera fe; por eso, Él mismo nos lanza esta estremecedora pregunta, para responderla: «Cuándo venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?».

3. En la viuda pobre y suplicante está representada la comunidad cristiana. ¿Qué es la Iglesia para los poderosos del mundo? Un pequeño estorbo, quizá. En estos días se está celebrando en Roma el Sínodo de los Obispos del Medio Oriente, donde los cristianos son minoría, son perseguidos, asesinados, claman y ¿quién los escucha? Ciertamente la ONU no los escucha, como tampoco oye otros lamentos en el mundo. El Papa Benedicto sí los escucha, por eso convocó el Sínodo y nos invita a nosotros a escuchar sus sufrimientos  y enterarnos de su precaria situación. Ciertamente Dios los escucha, como escuchó la oración de todo el pueblo católico chileno quien, junto con su presidente, oró y esperó contra toda humana esperanza, y logró con su oración y su esfuerzo, rescatar a los mineros con vida. El que quiera ver que vea, decía Jesús: La fe es poner nuestra confianza plena en Dios, como quien arranca un árbol y lo siembra en el mar. 

4. La oración es como un acto de fe prolongado, continuo e insistente del pobre para verse libre del adversario, que tiene la protección del poderoso. La viuda es signo del total desamparo, y el juez representa la prepotencia que desprecia al pobre. Cuando se pierde el temor de Dios, no se escucha el clamor del pobre; pero Dios sí lo escucha, porque es su defensor. El pobre entre los pobres es Jesucristo quien, «con clamores y lágrimas» pedía al Padre ser liberado de la muerte, y fue escuchado por su obediencia filial.  

5. Contrasta violentamente el clamor del pobre que brota desde el fondo del alma, y la sordera del juez inicuo y despectivo. La insensibilidad de los poderosos ante el grito de los pobres es de ayer y de siempre. Lo que los poderosos no saben es que es la misma voz de Jesucristo la que clama justicia en el corazón del necesitado. La certeza de que Dios escuchará al pobre que clama, es la misma que ya oyó al «pobre Jesús» y le hizo justicia. Porque el Padre escuchó a Cristo, escuchará también a sus hijos, los pobres como su Hijo.

6. La oración es la expresión de la fe. Sin fe no puede haber oración cristiana, y, como la fe, la oración es también un don de Dios. Con razón los apóstoles dijeron: «Señor, auméntanos la fe» y después, «Señor, enséñanos a orar». Todo es don de Dios. El que tiene fe, ora. Pero la pregunta de Jesús vuelve a presentarse, insistente: «Cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará todavía fe sobre la tierra?» Ciertamente encontrará mucha superstición, adoradores de falsos dioses, de ídolos que llevan a la muerte; encontrará cristianos vergonzantes y algunos pocos -Jesús decía uno de cada diez- que vengan a dar gracias; pero existen también numerosos «moisés» que están con las manos levantadas hacia Dios, invocando su divina misericordia y bendiciendo su nombre. Quiero pensar en tantas y tantas familias sencillas en su vida y en su fe, que claman sin cesar a Dios pidiendo el pan y la salud para sus hijos y el perdón y la paz para nuestra patria. Pienso también en los numerosos grupos de oración y en los monasterios donde las hermanas Religiosas consagran su vida al trabajo y a la oración continua por la santa Iglesia y por el mundo entero. Todas ellas son esa viuda pobre de que habla Jesús, a quien no los jueces humanos, sino el mismo Justo Juez del cielo les hará justicia. Son las que convierten la ira justicia de Dios en misericordia divina para nosotros.

7. Desde luego que la Virgen María, ella también viuda y privada injustamente de su Hijo en el calvario, es ahora «imagen de la Iglesia suplicante», como la llama la liturgia, a quien el Todopoderoso escuchará, derribando a los poderosos de sus tronos y levantando a los humildes. Sin duda Ella también recitó el salmo hermoso, lleno de confianza que nos ofrece ahora la liturgia, y que los invito a acogerlo en su corazón:  

«Dirijo mis ojos a los montes, ¿de dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. No dejará que dé un paso en falso, pues mi guardián nunca duerme. No duerme ni reposa el guardián de Israel… El Señor te guardará de todos los peligros, y cuidará tu vida; protegerá tus ires y venires, ahora y para siempre». 

8. Sí, hermanas y hermanos, nuestro auxilio nos viene del Señor… Nuestro guardián, Jesús el Buen Pastor, no duerme y vigila siempre sobre su Iglesia en compañía de María y de José. En ellos pongamos nuestra confianza y esperanza, y Él actuará.

† Mario de Gasperín Gasperín
Obispo de Querétaro
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Nuestro señor Obispo D. Mario De Gasperín Gasperín, expidió el Decretos con el cual ha realizado el siguientes nombramientos:

al Pbro. Héctor Hernández Ugalde, Ecónomo y Apoderado Legal de la Diócesis de Querétaro, A.R., a partir del 15 de octubre

Al Pbro. Adrián Muñoz Arvizú, Párroco de la Parroquia del Inmaculado Corazón de María, Aguazarca, Qro., a partir del 27 de octubre

Al Pbro. Mario González Melchor, Párroco de la Parroquia de Nuestra Señora de la Luz, Tancoyol, Qro., a partir del 5 de noviembre
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Para que hacer altar de muertos si la familia tiene tres altares de vida
La comunión de los hombres y mujeres nace y se desarrolla en tres altares en torno a los cuales se fundamenta la familia cristiana. Por esta razón «la familia es y constituye uno de los tesoros más importantes de los pueblos latinoamericanos. Ella ha sido y es escuela de la fe, palestra de valores humanos y cívicos, hogar en el que la vida humana nace y se acoge generosa y responsablemente» (Discurso inaugural, n. 5, en Aparecida, de Benedicto XVI). La familia cristiana para ser signo de comunión y de fidelidad y permanecer en el mundo como fermento trasformador de la sociedad tiene tres altares de vida que la nutren y la protegen de todas las asechanzas del enemigo. Toda la vida familiar se desenvuelve alrededor de tres altares: el altar de la mesa familiar, el altar de la eucaristía y el altar del tálamo nupcial, o lecho conyugal.            
1.- El altar de la mesa familiar           
Veamos la realidad actual del primer altar de la mesa familiar; la mesa familiar es el centro del hogar, allí se reúnen todos los miembros para formar un solo cuerpo; es el tiempo de la intimidad, de la acción de gracias, de las relaciones afectivas intensas y del compartir el pan de cada día, ganado con el sudor de la frente. Es en torno de la mesa donde se aprende a vivir en comunión y a ser solidarios con los hermanos, a vencer el egoísmo que nos impide ver las necesidades de los demás y en donde descubrimos el rostro de Cristo en cada uno de los miembros de la familia, donde el otro es Cristo. Pero ¿qué ocurre en nuestras familias? las condiciones de vida actuales no favorecen este clima hogareño sino más bien impiden y oscurecen el sentido de esta mesa. No hay intimidad porque los integrantes de la familia están dispersos, no solo por el trabajo y la escuela, sino dentro del mismo hogar se ha perdido la comunión por la televisión, el Internet, los video juegos etc, etc…de esta manera es muy difícil que la familia sea educadora de personas y educadora en  la fe. Las madres, alegría del hogar, no pueden dedicarse plenamente a la educación de sus hijos y no tienen el apoyo de la sociedad, y «el papel de la madre es fundamental para el futuro de la sociedad».  
  A veces el problema nace también de la mentalidad machista de los varones que no son verdaderamente padres responsables y colaboradores en la educación de sus hijos. El crecimiento integral de los hijos necesita de la figura del padre y de la madre «para que cuiden de ellos y los acompañen hacia la plenitud de su vida» (Discurso Inaugural, n. 5). 
           
2.- El altar de la Eucaristía            
Unido al primer altar está en altar de la Eucaristía: centro de la vida cristiana y por tanto de la vida familiar. No habrá familias cristianas si no viven la Eucaristía dominical. Los mártires de Bitinia así lo expresaban antes de morir: «sine dominico non possumus», sin la Eucaristía dominical no podemos vivir.

Y el Papa en el Discurso Inaugural en Aparecida lo reafirmaba con estas palabras: «La asistencia de los padres con sus hijos a la celebración eucarística dominical es una pedagogía eficaz para comunicar la fe y un estrecho vínculo que mantiene la unidad entre ellos». No podemos olvidar que es el encuentro con el Señor Resucitado que «despierta en el cristiano el fuerte deseo de anunciar el Evangelio y testimoniarlo en la sociedad para que sea más justa y humana……¡Sólo de la eucaristía brotará la civilización del amor, que transformará Latinoamérica y el Caribe para que, además de ser el continente de la esperanza, sea también el continente del amor» (Discurso Inaugural, n. 4).            

3.- El altar del tálamo nupcial            
El tálamo nupcial o el lecho conyugal es el santuario del amor y de la vida. Lo preside la cruz de Cristo porque la nueva familia de Jesús nace al pie de la cruz. Allí está María su Madre y el discípulo amado, representando a todos los discípulos que íbamos a creer en El. La iglesia, la nueva familia humana, nace del amor y de la entrega de Jesús en la cruz. También el hogar cristiano está basado en el amor verdadero que se manifiesta en la entrega mutua. Los esposos se entregan por amor para dar la vida. El que busca su vida la pierde y el que la pierde por darla la encuentra.Hoy en torno a las familias «se acumulan sombras que amenazan su unidad y su naturaleza. Tú, que eres la Vida, quédate en nuestros hogares, para que sigan siendo nidos donde nazca la vida humana abundante y generosamente, donde se acoja, se ame, se respete la vida desde su concepción hasta su término natural» ( Oración del Papa Benedicto XVI). La familia es y siempre será santuario del amor y de la vida en el sagrado altar del tálamo nupcial. «Quédate, Señor, en nuestras familias, ilumínalas en sus dudas, sostenlas en sus dificultades, consuélalas en sus sufrimientos y en la fatiga de cada día». Esta es la oración que el Papa hacía por las familias en el Discurso Inaugural de la V Conferencia General del Episcopado latinoamericano y del Caribe. Esta es también nuestra oración. 
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El papel de la Iglesia en la Educación (31)
Plan Diocesano de Pastoral
El 12 de abril de 1988, el Ilmos. Sr. Toriz, presentó su renuncia a S.S. Juan Pablo II, al gobierno de la Diócesis, según las disposiciones del Código de Derecho Canónico. La mañana del 10 de agosto de 1988, la sociedad queretana se estremeció al recibir la inesperada noticia de que habían internado a su Obispo Alfonso, a consecuencia de una embolia cerebral que le paralizó la mitad del cuerpo del lado derecho. El 25 de octubre de 1988, S.S. Juan Pablo II, aceptó la renuncia del Sr. Toriz, pero al mismo tiempo lo nombró Administrador Apostólico de la Sede Vacante con todas las facultades de Obispo residencial, hasta tanto no se designara a su sucesor. En abril de 1989 Su Santidad Juan Pablo II nombra octavo Obispo de Querétaro al Ilmo. Mons. Mario De Gasperín Gasperín.

El 5 de mayo de 1989, el Excmo. Obispo Sr. D. Mario de Gasperín Gasperín, tomó posesión como VIII Obispo de Querétaro, desde entonces nuestra Diócesis se ha visto llena de gracias, bendiciones y grandes transformaciones.

En agosto de 1989, nuestro Obispo D. Mario de Gasperín Gasperín, tiene el primer encuentro con todos los sacerdotes de nuestra Diócesis, en esta reunión se evaluó el Proyecto de reanimación Pastoral, iniciado por el Excmo. Sr. Alfonso Toriz Cobián. Además se llegó a la conclusión de que como Iglesia diocesana deberíamos madurar más en el trabajo pastoral, para esto era necesaria una pastoral de conjunto, un trabajo planeado y la participación no sólo de los sacerdotes sino también de los laicos.

En diciembre de 1989 se nombra la Comisión Diocesana de Pastoral, integrada por el padre Salvador Espinosa Medina, el P. Rogelio Cabrera López y el P. Domingo Díaz Martínez. A partir de ese momento se inicia un trabajo difícil, arduo y con mucho tiempo de dedicación. En enero de 1990 esta comisión presenta a todos los sacerdotes su objetivo y metas de trabajo, visitan algunas diócesis que trabajan con plan diocesano de pastoral (San Juan de los Lagos, Guadalajara, Aguascalientes y Torreón). En febrero de 1990 se tiene el primer curso de pastoral parroquial, se tienen retiros para sacerdotes sobre el análisis de la realidad, ejercicios espirituales para sacerdotes. Después, la comisión del Plan realiza la segunda visita a los Decanatos. Se imparten en todos ellos el taller sobre la naturaleza y exigencias del plan de pastoral

El 7 de febrero de 1991, a los píes de Nuestra Patrona, la virgen de los Dolores en el Santuario de Soriano, nuestro Obispo D. Mario de Gasperín DECRETA LA ERECCIÓN CANONICA DE LOS CONSEJOS PARROQUIALES. Nacían en todas las parroquias los Consejos de Pastoral.

La PRIMERA ASAMBLEA DIOCESANA se realizó el 19 y 20 de noviembre de 1991 en el Colegio Asunción, el objetivo de ésta fue. «Analizar juntos los hechos más significativos de la realidad Diocesana que impulsan o impiden la Nueva Evangelización e iluminarlos con la Doctrina de la Iglesia para concientizarnos de las urgencias y retos pastorales en Nuestra Diócesis.» Laicos y sacerdotes, la Diócesis toda en dos días de trabajo hizo una analisis de la realidad diocesana, el aspecto social, económico, religioso, cultural, político, social. Además se reviso nuestro quehacer diocesano en la Pastoral social, litúrgica y profética.

Al hacer un análisis de la realidad al Aspecto cultural se afirma Educación impuesta y deficiente: «No hay maestros suficientes. Hay muchos maestros sin vocación, lo que provoca el ausentismo y desamparo de las escuelas rurales; además los salarios de los maestros son muy bajos. Por otro lado los libros de texto son deficientes con muy poco contenido científico. Se confunde orientación con instrucción, lo que provoca una orientación deformada; a esto habrá que agregar la corrupción en el ambiente magisterial y el cambio frecuente de maestros. Los padres de familia no tienen comunicación, ni coordinación con los maestros. No hay preparación y a veces no hay interés de los papas por la educación de sus hijos o bien no tienen medios económicos para hacerlo. En la niñez y juventud la deficiencia se nota en que los niños que terminan la primaria no saben leer ni escribir correctamente; se educan en la calle y no en el hogar y la escuela; hay pocos profesionistas. Las causas son la falta de motivación y preparación de maestros y padres de familia para educar, falta de interés y apoyo del gobierno en la educación.Como tendencia: Seremos un pueblo sin cultura e identidad.»

Después de conocer la realidad mediante la encuesta general y el estudio de los hechos más significativos realizados en la I Asamblea Diocesana, se inicio el diagnóstico, esto es la lectura de la realidad desde el marco doctrinal que sirve para determinar urgencias y definir prioridades, ante una Educación impuesta y deficiente, se fijo como urgencia 1.- Crear una conciencia en las personas que intervienen en la educación (Padres, maestros e hijos), que ayude a la formación integral del individuo con sus valores cristianos. 2.- Formar personas que participen en las estructuras educativas de tal forma que haya una educación dinámica, creadora y trasformadora de la sociedad. 3.- Una pastoral creadora de conciencia educativa en los padres de familia dentro de la comunidad católica utilizando los medios de comunicación social.

El 4 de y 5 de mayo de 1992 se realiza la SEGUNDA ASAMBLEA DIOCESANA. Se trabajaron 110 mesas, se elaboró el objetivo General del Plan Diocesano de nuestra Diócesis, se presentó el estudio de las urgencias y la asamblea definió las cinco prioridades, o sea, las opciones pastorales aceptadas eclesialmente, fruto del diagnostico, como retos para el trabajo pastoral. Ahí se Figo como cuarta Prioridad la Cultura, se fija como cuarta política, despertar la conciencia en la Diócesis que somos creadores, trasformadores y destinatarios de cultura. Y como primera estrategia dando a conocer los lineamientos del proyecto educativo propuesto por el Episcopado mexicano.

El 20 de noviembre de 1992, en el colegio Asunción se llevó a cabo la III ASAMBLEA DIOCESANA. En esta Asamblea nuestro obispo PROMULGA EL PLAN DIOCESANO DE PASTORAL y dirige su primera carta pastoral. También en esta Asamblea se nombra al Padre Salvador Espinosa Medina como Vicario General, al P. Rogelio Cabrera López Vicario Episcopal de Pastoral, entre otros. Lo mismo a los sacerdotes encargados de las prioridades del Plan y los Decanos de los doce decanatos de la Diócesis. El Sr. Pbro. Lic. Salvador Rincón Frías se le encomienda estar al frente de los trabajos de la Prioridad de la Cultura.
«Verbum Vobiscum»