jueves, 2 de agosto de 2012

Comunión, Órgano oficial de la Diócesis de Querétaro, N° 755, 5 de agosto del 2012

Nuevo Vicario General para nuestra Diócesis

El domingo 29 de agosto, el Excmo. Sr. Obispo D. Faustino Armendáriz firmó el nombramiento para Vicario General de la Diócesis, servicio que prestará el Pbro. Lic. José Martín Lara Becerril. Su cargo lo asumió en el templo de Santa Rosa de Viterbo donde ejercerá como Rector, además de Asesor Espiritual de la Adoración Perpetua Diocesana del Santísimo Sacramento.

En la Misa, presidida por Mons. Armendáriz el Pbro. Lic. Martín Lara Becerril realizó su promesa de fidelidad, de rodillas ante el Obispo Diocesano. Concelebraron el Pbro. Lic. José Luis Salinas Ledesma, Rector del Seminario; el Pbro. Francisco F. Gavidia, Párroco del Sagrado Corazón de Jesús; el Pbro. Mauricio Ruíz Reséndiz, Adscrito al templo de Santa Rosa; el Pbro. Jesús Galván Martínez, neosacerdote.

Nuestro señor Obispo ppuntualizó que el reto que tiene el nuevo Vicario General de la Diócesis “es cuidar a las ovejas del Señor. Padre Martín esta comunidad la pone Dios en tus manos recordando que no son ovejas tuyas, son ovejas de Cristo, como le dice Cristo a Pedro, apacienta mis ovejas, no tus ovejas, he ahí la gran responsabilidad que tenemos, son ovejas de Jesús, seguramente esta responsabilidad la asumen cada uno de nuestra gente de pastoral porque son las ovejas del Señor”.

Además, pidió oraciones por el P. Martín y el P. José Luis, para que en sus nuevos servicios continúen haciendo el bien en la Iglesia.

El P. Martín será Vicario General, junto a Mons. Javier Martínez Osornio, también Vicario General.


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Los primeros diez Sacerdotes que ordena nuestro señor Obispo para nuestra Diócesis
Con la encomienda de vivir la relación con Cristo y, por medio de él, con el Padre, nuestro señor Obispo Don Faustino Armendáriz Jiménez, ordenó el sábado 28 de julio, a 10 nuevos sacerdotes, los primero que él ordena para reforzar la labor de la Diócesis queretana en la propagación del Evangelio; estuvo acompañado por el Excmo. Sr. Obispo Emérito de Querétaro D. Mario De Gasperín Gasperín y el Excmo. Sr. Obispo Emérito de Cuernavaca D. Florencio Olvera Ochoa y 120 sacerdotes .


Ante una plaza principal del Seminario completamente llena, ordeno sacerdote a los Diáconos: José Emmanuel Ayala Bocanegra, Jhonatán Córdova Rodríguez, Juan Manuel Granados Olguín,  Leonel Martínez Martínez,   Luis Alberto Martínez, Rubén Olguín Guerrero,  Jorge Ramírez Casas, Juan Rosales de Jesús,   Jorge Vázquez Zepeda

El señor Obispo inicio su homilía dirigió un particular saludo a la familia de cada uno de los ordenandos y agradeció su generosidad al entregar a uno de sus hijos al servicio del Reino de Dios. ¡Nunca pierdan de vista la importancia y el papel que desempeñan en la vocación y ministerio de su hijo sacerdote!. A los nuevos sacerdotes los saludo con grande gozo en este un día absolutamente singular, a ustedes queridos diáconos, a quienes, como Obispo y Pastor de esta Diócesis, me alegra conferir la ordenación sacerdotal. Así, entrarán a formar parte de nuestro presbyterium, viviendo la estrecha comunión con su Obispo. «Que nada haya entre ustedes que pueda dividirlos, antes bien, formen un solo cuerpo con su Obispo y con quienes les presiden, para que sean modelo y ejemplo de inmortalidadJunto con los sacerdotes de la diócesis, doy gracias al Señor por el don de su sacerdocio, que enriquecerá nuestra comunidad con su vida y con su ejemplo.

Además les pidió vivir la relación con Cristo y, por medio de él, con el Padre; sólo entonces podemos comprender verdaderamente a los hombres, sólo a la luz de Dios se comprende la profundidad del hombre; entonces quien nos escucha se da cuenta de que no hablamos de nosotros, de algo, sino del verdadero Pastor. No se puede ser testigo, sino a condición de ser sus amigos y de perseverar en su intimidad, aprendiendo de él lo que ha aprendido del Padre. No podemos pensar de ningún modo en vivir nuestra vocación y nuestra misión sin un compromiso decidido y renovado de santificación, que tiene en el contacto con la Biblia uno de sus pilares. La Nueva Evangelización exige la transmisión de la fe, cuyo depósito se encuentra en la Sagrada Tradición y en la Sagrada Escritura, confiado a la Iglesia, la cual, pastores y fieles colaboran en estrecha relación para la conservación, el ejercicio y la profesión de la fe. Amen su sacerdocio ¡Custódienlo al grado de morir por él¡ de manera que su vida sea un ícono del sacerdocio de Cristo.

Al concluir la celebración eucarística se leyó el Decreto de Nombramiento del nuevo Rector del Seminario Conciliar de Nuestra Señora de Guadalupe Pbro. Lic. José Luis Salinas Ledesma.

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LA VOZ DE NUESTRO SEÑOR OBISPO Mc. 4, 26-34
† Faustino Armendáriz Jiménez.
IX Obispo de Querétaro
Dios se encarga del resto

El milagro de la multiplicación de los panes ocupa un lugar preponderante en los evangelios y es narrado por los cuatro evangelistas. Este milagro nos conduce al reconocimiento de la verdadera identidad de Jesús, que es el Señor de la vida ya que posteriormente dirá, «yo soy el pan de vida, el que viene a Mí nunca pasará hambre».


Es especialmente San Juan quien ha subrayado el carácter eucarístico de la multiplicación de los panes. Este relato evoca la celebración de la cena del Señor: «Jesús toma los panes, pronuncia la acción de gracias y los reparte…».

Para los primeros cristianos la Eucaristía era una vivencia anticipada de la fraternidad del Reino. Hoy tenemos que subrayar la Eucaristía como signo y vivencia de comunión y fraternidad entre nosotros.

La celebración de la Eucaristía nos debe de llevar al compromiso de promover la justicia, la solidaridad, la preocupación por el otro.

Es interesante que en la narración Jesús no soluciona el problema con recursos económicos enviando a comprar más pan, sino que da una solución enormemente sencilla, y que consiste en compartir con los necesitados lo que se tiene, como lo hizo aquel joven con los cinco panes y los dos pescados; Dios se encarga del resto.

Antes de repartirlos Jesús da gracias, y esto nos invita a reconocer que nuestros bienes son don del Padre a la humanidad, y así ponerlos al servicio de los hermanos. La vida se nos ha dado para hacernos hermanos.

Esta semana, muchos catequistas de nuestra Diócesis de Querétaro, vivieron el curso de Catequesis Especial para amigos especiales, y en los momentos que tuve la oportunidad de acompañarle veía los rostros de esperanza, porque descubrían con más claridad la importancia de una pastoral que implica, como todas, una gran dosis de amor, porque sólo de esa manera se puede perseverar en un servicio que tendrá que ser personalizado y de creciente entrega en sus propias comunidades parroquiales. Cada quien, como el muchacho del evangelio aporta desde su pobreza sus talentos, de tal manera que Dios se encarga del resto.

En el centro de ésta y todas las pastorales, el alimento que viene del cielo, la Eucaristía, estará en el centro, y es el alimento que mantiene de pie al discípulo misionero.

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SIGNOS VITALESP. Gabino Tepetate Hernández gabino_th@hotmail.comDocumento de Aparecida y el aspecto Misionero de la IglesiaUna de las grandes intuiciones y aportes más relevantes de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe en Aparecida (13 al 31 de mayo del 2007) es el aspecto misionero de la Iglesia, como una respuesta a los grandes desafíos de la situación sociocultural de nuestra sociedad latinoamericana y el mundo actual a la fe de la Iglesia, cuya misión debe repensar y relanzar con audacia para confirmar, renovar y revitalizar la novedad del Evangelio desde un encuentro personal y comunitario con Jesucristo que suscite discípulos misioneros. (Cf. DA No. 11).


La fe como parte integrante de la historia de nuestros pueblos sin una evangelización más misionera corre el riesgo de seguir erosionándose y diluyéndose de manera creciente en diversos sectores de la población cristiana católica. Por lo tanto este despertar y compromiso misionero, que aborda el Documento de Aparecida, exige poner a la Iglesia en estado permanente de misión, es decir, la evangelización tiene que ser más misionera, que implica de parte de todo bautizado, identidad, formación y compromiso de salir e ir a proponer convincentemente el anuncio de la Buena Nueva del Evangelio.

La misión no es una simple función de la Iglesia, sino el ser mismo de la Iglesia, existe para ser misionera, este es el mandato de Jesùs: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos y bautícenlos para consagrarlos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, enseñándoles a poner en obra todo lo que les he mandado. Y sepan que Yo estoy con ustedes todos los días hasta el final de los tiempos». (Mt. 28, 19 y 20). Esta es la naturaleza de la Iglesia, comunidad de discípulos misioneros.

En esta convocación misionera, que es un verdadero impulso del Espíritu, el Papa Benedicto nos dice que tiene llegar a todos, especialmente a los pobres y a los que sufren a los que es necesario ayudarles, como hacían las primeras comunidades cristianas, practicando la solidaridad, ya que son ellos los privilegiados del Evangelio a quienes hay que ofrecer el bálsamo de la fe, sin descuidar el <>. (Cf. DA No. 550).

Este mensaje del Papa nos aclara que no debemos ignorar o posponer en nuestra evangelización misionera el atender y tratar de dar respuesta a las necesidades vitales de los pobres y necesitados. Por lo tanto, la evangelización misionera es una propuesta integral a la necesidad humana.

Desde luego la misión no trata de responder sólo a un humanismo, sino que lo supera, va más allá de esta virtud, ya que propone de una manera puntual y específica la persona de Jesucristo como paradigma y respuesta al sentido de la vida y a la realización de la dignidad humana y trascendente, la de ser hijos de Dios.

La estrategia misionera de Aparecida, es un aspecto clave para revitalizar la fe de nuestros pueblos y el compromiso social de lo que se cree para que nuestros pueblos tengan vida digna en Jesucristo que es Camino, Verdad y Vida. (Jn. 14,6).

En este proceso evangelizador y misionero hay que reconocer y secundar a quienes como el Sr. Obispo nos apremian e impulsan con su ejemplo para comprometernos de una manera creativa, generosa y alegre en este proceso misionero de compartir nuestra fe y de proponer la Buena Nueva del Evangelio de Jesùs en nuestra Diócesis de Querétaro. Que Dios los bendiga.

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Nombramientos
Nuestro señor Obispo D. Faustino Armendáriz Jiménez, expidió los siguientes Decretos con los cuales ha realizado los siguientes nombramientos:

Decreto mediante el cual nombro al Pbro. José Martín Lara Becerril, Rector, Asociado, Ministro de Culto, Representantey apoderado legal del Templo de Santa Rosa de Viterbo.
Vicario General de la Diócesis de Querétaro, con las facultades, los derechos y los deberes establecidos por la normativa canónica vigente de la Iglesia Universal y de nuestra Iglesia Particular.
Asesor Espiritual de la Adoración Perpetua Diocesana del Santísimo Sacramento.
Decreto mediante el cual nombro al Pbro. Reynaldo Huerta Cerna, responsable del Departamento de Estadisticas y Límites Parroquiales dentro de la Vicaria de Pastoral.
Decreto mediante el cual nombro al Pbro. Lic. Joel Olvera Rivera, responsable Diocesano de la Dimensión para la Pastoral Bíblica.Decreto mediante el cual nombro al Pbro. César Mexicano Moncada, responsable Diocesano de la Dimensión para la Pastoral Educativa.Decreto mediante el cual nombro al Pbro. Lic. José Luis Salinas Ledesma, Rector, Asociado, Ministro de Culto, Representante y Apoderado Legal del Seminario Conciliar de Nuestra Señora de Guadalupe, Qro.
Decreto mediante el cual nombro al Pbro. Miguel Cano Nolasco, Responsable Diocesano de la Comisión de Dialogo Interreligioso y Comunión.

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Ordenaciones Sacerdotales en el Seminario Conciliar de Querétaro
El sábado 28 de julio, la Diócesis de Querétaro se llenó de júbilo con la Ordenación Sacerdotal de diez hombres, escogidos de entre nuestras familias para el servicio a Dios y a la Iglesia.

Con la encomienda de vivir la relación con Cristo y, por medio de él, con el Padre, nuestro señor Obispo Don Faustino Armendáriz Jiménez, ordenó a 10 nuevos sacerdotes

Nuestro señor Obispo Don Faustino Armendáriz Jiménez, estuvo acompañado por el Excmo. Sr. Obispo Emérito D. Mario De Gasperín Gasperín , por el Excmo. Sr. Obispo Emérito D. Florencio Olvera Ochoa y 120 sacerdotes
Ante una plaza principal del Seminario completamente llena, mas de 5,000 fieles.
 
Fue necesario poner en la Plaza Mariana del Seminario pantallas gigantes para seguir las ordenaciones, nunca había sido necesario

Al final de la celebración nuestro señor Obispo se puesto de rodillas en medio de los nuevos sacerdotes y les pidió la bendición, todos juntos le dieron la bendición


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Circulo Bíblico
Pbro. José Luis Salinas Ledesma
XVIII Domingo Ordinario - Ciclo B
1. Lectura del texto: Jn 6,24-35
(Se pide la luz del Espíritu Santo)
Jesús mío, Maestro y Señor de nuestra vida,
envíanos tu Espíritu Santo prometido
para que nos explique las Escrituras
y nos abra a la salvación que,
como a tantos hombres y mujeres de Galilea,
quieres regalarnos hoy.

Espíritu Santo que conoces nuestras debilidades,
fortalécenos y consuélanos con tu acción divina.
Suscita en cada uno el deseo de la plena unidad,
para ser verdaderamente en el mundo signo
e instrumento de la íntima unión con Dios
y de la unidad del género humano. Amén

(Cada uno lee en su Sagrada Escritura)
En aquel tiempo, cuando la gente vio que en aquella parte del lago no estaban Jesús ni sus discípulos, se embarcaron y fueron a Cafarnaúm para buscar a Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo llegaste acá?» Jesús les contestó: «Yo les aseguro que ustedes no me andan buscando por haber visto signos, sino por haber comido de aquellos panes hasta saciarse. No trabajen por ese alimento que se acaba, sino por el alimento que dura para la vida eterna y que les dará el Hijo del hombre; porque a éste, el Padre Dios lo ha marcado con su sello». Ellos le dijeron: «¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios?» Respondió Jesús: «La obra de Dios consiste en que crean en aquel a quien él ha enviado». Entonces la gente le preguntó a Jesús: «¿Qué signo vas a realizar tú, para que lo veamos y podamos creerte? ¿cuáles son tus obras? nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Les dio a comer pan del cielo. Jesús les respondió: «Yo les aseguro: No fue Moisés quien les dio pan del cielo; es mi Padre quien les da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que baja del cielo y da la vida al mundo». Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan». Jesús les contestó: «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mi no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed». Palabra del Señor.

Repasar el texto leído
¿Qué le pregunta la gente a Jesús? ¿Por qué no se darían cuenta de su presencia? v.25 ¿Qué reprocha Jesús a sus discípulos? v. 26 ¿Cuál es la respuesta de Jesús ante la pregunta de «qué hacer para obrar según Dios»? v 29 ¿Qué señal hace Jesús para mostrar que hace la obra de Dios? vv.32-36 ¿Cuál es la petición que hacen a Jesús? v. 34

Explicación del texto
El encuentro de Cristo con las multitudes en la región de Cafarnaúm da lugar a este primer diálogo. La pregunta que le hacen con el título honorífico de «Rabí»: «¿cuándo has venido aquí?» lleva un contenido sobre el modo extraordinario como vino. Sabían que no se había embarcado ni venido a pie con ellos. ¿Cómo, pues, había venido? Era volver a admitir el prodigio en su vida.

La respuesta va dirigida directamente al fondo de su preocupación. No le buscan por el milagro como «signo» que habla y muestra su grandeza y que postula, en consecuencia, obediencia a sus disposiciones, sino que sólo buscan el milagro como provecho: porque comieron el pan milagrosamente multiplicado. Un legado lleva las credenciales del que lo envía. Y éstos son los milagros, los «signos.» Así les dice: pero «ustedes no habéis visto los signos» (v.26).

Hasta aquí la gente, y sobre todo los directivos que intervienen, no tienen dificultad mayor en admitir lo que Cristo les dice, principalmente por la misma incomprensión del hondo pensamiento de Cristo. Por eso, no tienen inconveniente en admitir, como lo vieron en la multiplicación de los panes, que Cristo esté «sellado» por Dios para que enseñe ese verdadero y misterioso pan que les anuncia, y que es «alimento que permanece hasta la vida eterna.»

De ahí el preguntar qué «obras» han de practicar para «hacer obras de Dios,» es decir, para que Dios les retribuya con ese alimento maravilloso. Piensan, seguramente, que puedan ser determinadas formas de sacrificios, oraciones, ayunos, limosnas, que eran las grandes prácticas religiosas judías.

Pero la respuesta de Cristo es de otro tipo y terminante. En esta hora mesiánica es que «crean en aquel que Él ha enviado.» Fe que se manifiesta con obras (Jn 2:21; cf. Jn 13:34). La gente comprendió muy bien que en estas palabras de Cristo no sólo se exigía reconocerle por legado de Dios, sino la plena entrega en el sacrificio de su vida, lo cual san Juan toca frecuentemente y es tema de su evangelio.

Los oyentes le piden un nuevo milagro como el maná en el desierto recordando el éxodo. La «murmuración» de estos judíos contra Cristo, es semejante a la de Israel en el desierto, y, por último, la Pascua próxima, es un nuevo vínculo al Israel en el desierto. Ya el solo hecho de destacarse así a Cristo es un modo de superponer planos para indicar con ello, una vez más, la presentación de Cristo como nuevo Moisés: Mesías.

Pero la respuesta de Cristo enseña en primer lugar, que no fue Moisés el que dio el maná, puesto que Moisés no era más que un instrumento de Dios, sino «mi Padre»; ni aquel pan venía, en realidad, del cielo, sino de sólo el cielo atmosférico; ni era el pan verdadero, porque sólo alimentaba la vida temporal; pero el verdadero pan es el que da la vida eterna; ni el maná tenía universalidad: sólo alimentaba a aquel grupo de israelitas en el desierto, mientras que el «pan verdadero es el que desciende del cielo y da la vida al mundo.»

¿A quién se refiere este pan que «baja» del cielo y da la vida al mundo? Si directamente alude a la naturaleza del verdadero pan del cielo, no está al margen de él su identificación con Cristo Si la naturaleza del verdadero pan de Dios es el que «baja» del cielo y da «la vida al mundo,» éste es Cristo, que se identificará luego, explícitamente, con este pan (v.35).

2. Meditación del texto
El domingo pasado escuchamos el relato de la multiplicación de los panes. Jesús realizó el prodigio de alimentar a una multitud con panes que multiplicó con el fin de que este milagro se convirtiera en un signo y una prueba del verdadero pan de vida. Tenían un precedente sobre su modo de obrar.

A pesar de que le siguen y se dan cuenta de lo inusual de su modo de hacerse presente ante la dificultad de llegar antes que todo pues solo hay una barca, Jesús se da cuenta que sólo le siguen por un cierto «interés» terreno de satisfacción material. ¿Puede ser posible que ese deseo de saciar las necesidades materiales sea el único móvil para aproximarse también hoy a la presencia de Jesús? ¿Podrá ser posible que no hayan visto en estos prodigios la revelación de algo más profundo?

Jesús pide no seguirlo sólo por los prodigios y milagros sino llevar a cabo las obras del Padre, que consisten sencillamente en creer. Pero este creer o tener fe está animado además por una promesa-realidad que a nosotros ha llegado y que en aquel momento era sólo una promesa. Esta es el poder alimentarnos del alimento que permanece para vida eterna,

Basta entonces creer para poder cumplir la voluntad de Dios y alimentarnos de ese Pan. Hoy en día muchos de nosotros dudamos y no nos basta la presencia de Jesús en la Eucaristía, buscamos forzosamente el que manifieste grandes prodigios en nuestra vida para constatar esa presencia viva de Él en medio de nosotros. Cuántas veces ante la realidad de la desesperación de las necesidades de trabajo, dolor físico y moral de nuestra vida no nos basta recibir su Cuerpo para sostenernos nutrirnos en esos momentos límite, exigimos el milagro de la sanación física, la resucitación del ser querido, el obtener un trabajo de la nada, obtener bienes… la preocupación y la vista sigue clavada en la tierra, en lo temporal y perecedero.

¿Cuántas veces no es sino el interés lo que nos mueve a acercarnos a Jesús? Tal vez, como aquellos Si en este momento supiéramos como aquella gente de Galilea que en nuestra ciudad existe una persona poseedora de un carisma tan especial como nos dice el evangelio que tenía Jesús, que con solo una mirada, un roce o con solo pronunciar su palabra vivificante, nos levantara de nuestra postración, nos curara de nuestras fiebres y nos librara de los demonios que limitan nuestra alegría de servir, nos agolparíamos a su puerta aguardando nuestro turno, aunque tuviésemos que esperar horas a la intemperie. Mientras que Él espera para nutrirnos con ese alimento que todo lo sacia y que prepara para la Vida Eterna.

3. Compromiso personal y comunitario
·Busquemos centrar nuestra fe en Jesús en una recta intención de amor hacia Él y no por los prodigios que pueda hacer en nuestra vida. ·Animemos nuestra conducta a construir las obras de Dios cimentadas en una fe auténtica en Jesús promoviendo en nuestra familia el fiel discipulado independientemente de que no obtengamos los prodigios o milagros que pedimos. ·Valoremos la importancia, frutos y don que representa y es en sí misma la Eucaristía y busquemos acercarnos y recibirla con frecuencia tal que se equipare al alimento corporal sin el cual no podemos vivir. ·Hagamos espacio en nuestra vida ordinaria para encontrarnos con Jesús adorándolo en las Horas Santas en el Templo.

4. Oración
Señor Jesús, concebido por obra del Espíritu Santo,
Tú has tomado nuestras debilidades
y has cargado nuestras enfermedades,
que eres el Señor de vivos y muertos
por haber pasado de la muerte a la vida.
Hoy el Espíritu nos impulsa a decir:
Señor, sana las heridas que sufre nuestro pueblo,
Por tanta violencia, causada por tanto egoísmo
Y la ambición de algunos hermanos nuestros.
A nosotros siervos tuyos sánanos de nuestras
Enfermedades y parálisis
que limitan nuestra entrega a tu servicio.
Señor, que tu Espíritu nos haga buenos
discípulos misioneros
para que hablemos de ti ante el mundo:
Señor, danos fidelidad creciente
la paz y alegría que de ella brotan.
Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

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HACIA LOS 150 AÑOS DE NUESTRA DIÓCESIS 7 DE FEBRERO 1864 - 2014
Ilmo. y Rvmo. Sr. Dr. D. Rafael S. Camacho y García y la Musica Sagrada
El Ilmo. y Rvmo. Sr. Dr. D. Rafael Sabás Camacho y García, anticipándose a la reforma de la Música sagrada, decretada por San Pío X le corresponde en gran parte haber sido el restaurador e incansable propagador del canto genuinamente eclesiástico y de la música sagrada en las Diócesis de las Republica, y para ello se valió con su tino inmejorable, del padre J. Guadalupe Velázquez, sabiendo de sus cualidades musicales, lo preparó debidamente para que fuera a perfeccionar las disciplinas musicales en la Escuela de Música en la ciudad de Ratisbona, Alemania; junto con don Agustín González.

La Escuela de Música Sacra de la Diócesis de Querétaro, nace el 18 de febrero de 1892. El Excmo. Sr. Obispo Don Rafael Sabás Camacho, le encomienda al joven sacerdote J. Guadalupe Velázquez tome a su cuidado la misión de formar músicos y cantores que logren darle seriedad a la música en la Liturgia. Es así como el P. Velásquez, después de haberse formado en Ratisbona, Alemania, toma las riendas de esta escuela naciente. El P. Velázquez se hace acompañar de otro gran maestro, Don Agustín González, gran organista y compositor y juntos emprenden, bajo el amparo maternal de Nuestra Señora de Guadalupe

Más tarde formó el magnífico ORFEÓN QUERETANO (En canto, se denomina coro, coral o agrupación vocal a un conjunto de personas que interpretan una pieza de música vocal de manera coordinada). En pocos años se vio el fruto de esta Escuela; pues salieron aventajados discípulos que fueron repartidos en muchas Diócesis de la República. Por la actuación de los mejores elementos cantantes de la música de ese carácter, se ha considerado que es QUERÉTARO, EN LA REPUBLICA LA CUNA DE LA VERDADERA MÚSICA RELIGIOSA.
El Ilmo. Sr. Plancarte, se empeño en que el padre Velázquez se quedara en México con el objeto de difundir la buena música religiosa, lo cual consiguió del Excmo. Sr. Camacho. Veinte años permaneció en México con la magna obra de colaborar en la restauración del Canto litúrgico – Gregoriano. San Pío X con el motu proprio Tra le Sollecitudini, publicado en noviembre de 1903, sólo tres meses después de ser elegido papa, sitúa el culto y la liturgia como una de las preocupaciones principales de su pontificado.

Las enseñanzas del P. Velázquez pasaron de México a los Estados Unidos y en todo el continente Americano se cambio la forma de decir el canto de la Iglesia. EI 11 de mayo de 1908, entrego su espíritu al creador el Excmo. Sr. Rafael S. Camacho satisfecho de su obra: La restauración de la música sagrada en toda la República; vio que sus afanes y dinero no habían sido gastados inútilmente, gracias a que el P. Velázquez pudo y supo corresponder a la miras de aquel señor obispo.

En la ciudad de México el P. Velázquez además desempeño el profesorado en el Seminario Conciliar de México y en el Conservatorio Nacional de Música; dirigió los coros de Santa Cecilia y San Gregorio; fue maestro de Capilla en San Francisco; Santa Brígida y San Felipe de Jesús.

Regresó a Querétaro el 8 de noviembre de 1916, el 12 de febrero de 1920 partió para la ciudad de México en donde permaneció unos días medicándose; pero allí lo sorprendió la muerte, pasó a mejor vida el 18 de febrero de 1920.

  Sobre la música en la liturgia
La música utilizada en la liturgia de la Iglesia para dar culto a Dios y ayudar a la santificación de los fieles que participan en la celebración de los Sagrados Misterios ha sido siempre objeto de deformaciones, ataques, desvirtuaciones y, más recientemente, ha sufrido un proceso de desmantelamiento y desaparición. Sin embargo, la música sacra es un elemento de gran valor, quizá imprescindible, para una correcta y sana liturgia, agradable a Dios y, por tanto, un verdadero medio de santificación.
En el Motu Propio Tra Le Sollecitudini el Santo Padre San Pío X deja clara unas nociones sobre como debe ser la música litúrgica que quiere que se tomen como norma de ley, no como recomendaciones.

En primer lugar nos indica el Romano Pontífice cuáles deben ser las cualidades de la música sacra: santidad, bondad de las formas y universalidad. Por tanto afirma que se debe excluir de la misma todo carácter profano y los caracteres propios de cada cultura han de estar subordinados al carácter sagrado de la música.

Afirma el documento que el canto gregoriano reúne de forma sublime estas características y «que es, por consiguiente, el canto propio de la Iglesia romana». Así pues «una composición religiosa será más sagrada y litúrgica cuanto más se acerque en aire, inspiración y sabor a la melodía gregoriana, y será tanto menos digna del templo cuanto diste más de este modelo soberano.»

San Pío X enseña que el canto polifónico clásico propio del siglo XVI es una música válida para la liturgia y que, por tanto, «también esta música deberá restablecerse copiosamente en las solemnidades religiosas, especialmente en las basílicas más insignes, en las iglesias catedrales y en las de los seminarios e institutos eclesiásticos, donde no suelen faltar los medios necesarios.

Sobre los instrumentos musicales, el Motu Propio de San Pío X afirma «si bien la música de la Iglesia es exclusivamente vocal, esto no obstante, también se permite la música con acompañamiento de órgano. En algún caso particular, en los términos debidos y con los debidos miramientos, podrán asimismo admitirse otros instrumentos; pero no sin licencia especial del Ordinario.» Principio reiterado por Pío XII y el Vaticano II.

«A nadie sorprenderá que la Iglesia se interese tanto por la música sagrada. No se trata, es verdad, de dictar leyes de carácter estético o técnico respecto a la noble disciplina de la música; en cambio, es intención de la Iglesia defenderla de cuanto pudiese rebajar su dignidad, llamada como está a prestar servicio en campo de tan gran importancia como es el del culto divino.
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Cápsula de Liturgia
CONGREGACIÓN PARA EL CULTO DIVINO Y LA DISCIPLINA DE LOS SACRAMENTOS DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA PRINCIPIOS Y ORIENTACIONES CIUDAD DEL VATICANO 2002
Algunos ejercicios de piedad recomendados por el Magisterio

192. No es cuestión de hacer aquí un elenco de todos los ejercicios de piedad recomendados por el Magisterio. Sin embargo, se recuerdan algunos que merecen especial atención, para ofrecer algunas indicaciones sobre su desarrollo y sugerir, si fuera preciso, alguna corrección.

Escucha orante de la Palabra de Dios
193. La indicación conciliar de promover la «sagrada celebración de la palabra de Dios» en algunos momentos significativos del Año litúrgico puede encontrar, también, una aplicación válida en las manifestaciones de culto en honor de la Madre del Verbo encarnado. Esto se corresponde perfectamente con la tendencia general de la piedad cristiana, y refleja la convicción de que actuar como ella ante la Palabra de Dios es ya un obsequio excelente a la Virgen (cfr. Lc 2,19.51). Del mismo modo que en las celebraciones litúrgicas, también en los ejercicios de piedad los fieles deben escuchar con fe la Palabra, debe acogerla con amor y conservarla en el corazón; meditarla en su espíritu y proclamarla con sus labios; ponerla en práctica fielmente y conformar con ella toda su vida.

194. «Las celebraciones de la Palabra, por las posibilidades temáticas y estructurales que permiten, ofrecen múltiples elementos para encuentros de culto que sean a la vez expresiones de auténtica piedad y momento adecuado para desarrollar una catequesis sistemática sobre la Virgen. Sin embargo, la experiencia nos enseña que las celebraciones de la Palabra no pueden tener un carácter predominantemente intelectual o exclusivamente didáctico; por el contrario, deben dar lugar – en los cantos, en los textos de oración, en el modo de participar de los fieles – a formas de expresión sencillas y familiares, de la piedad popular, que hablan de modo inmediato al corazón del hombre».

El «Ángelus Domini»
195. El Ángelus Domini es la oración tradicional con que los fieles, tres veces al día, esto es, al alba, a mediodía y a la puesta del sol, conmemoran el anuncio del ángel Gabriel a María. El Ángelus es, pues, un recuerdo del acontecimiento salvífico por el que, según el designio del Padre, el Verbo, por obra del Espíritu Santo, se hizo hombre en las entrañas de la Virgen María.

La recitación del Ángelus está profundamente arraigada en la piedad del pueblo cristiano y es alentada por el ejemplo de los Romanos Pontífices. En algunos ambientes, las nuevas condiciones de nuestros días no favorecen la recitación del Ángelus, pero en otros muchos las dificultades son menores, por lo cual se debe procurar por todos los medios que se mantenga viva y se difunda esta devota costumbre, sugiriendo al menos la recitación de tres avemarías. La oración del Ángelus, por «su sencilla estructura, su carácter bíblico,... su ritmo casi litúrgico, que santifica diversos momentos de la jornada, su apertura al misterio pascual,... a través de los siglos conserva intacto su valor y su frescura».

«Incluso es deseable que, en algunas ocasiones, sobre todo en las comunidades religiosas, en los santuarios dedicados a la Virgen, durante la celebración de algunos encuentros, el Ángelus Domini... sea solemnizado, por ejemplo, mediante el canto del Avemaría, la proclamación del Evangelio de la Anunciación» y el toque de campanas.   ___________________________

DE PARROQUIA EN PARROQUIA
Pbro. Reynaldo Huerta Cerna deparroquiaenparroquia@hotmail.comMaría Madre de la Iglesia
Colonia San Pablo, Querétaro, Qro. (Primera de dos partes)

Hasta donde sabemos, «San Pablo» como asentamiento humano es pre-hispánico. Existen tradiciones muy arraigadas que afirman contundentemente que se trata del «Centro Ceremonial» más importante del valle de Querétaro, incluso con más relevancia que el de «El Cerrito», en el actual municipio de Corregidora. Sin embargo de este centro ceremonial, lo único que queda es una piedra de forma irregular ubicada a un costado del templo de San Pablo.
San Pablo se ha desarrollado muy lentamente, olvidado de las autoridades civiles por siglos. Según testimonio de Monseñor Salvador Espinosa Medina, en aquel tiempo párroco de San Pablo (1981), el primero que reconoció esta situación fue el exgobernador Rafael Camacho Guzmán, quien con lágrimas en los ojos, en la plaza pública de la colonia, pidió perdón a la comunidad, por el atraso en la promoción de la infraestructura urbana.

En ese tiempo no existían propiamente calles, sino solo arroyos, la red eléctrica no era suficiente, tampoco la red de agua potable; no había ni bardas ni banquetas, muchas casas eran de piedra sobre piedra, sin mezcla, y estaban cercadas con los cactus que denominaban «órganos». Todo esto a escasos 3 kilómetros del centro de la ciudad capital del estado de Querétaro, y ubicado en pleno centro histórico de Santiago de Querétaro.

En cuanto a lo eclesiástico, es de suponer que la primera parroquia a la que perteneció San Pablo fue Santiago Apóstol, puesto que ésta fue la primera y la única que existió en el área, desde el tiempo de la conquista y hasta bien entrado el tiempo de la colonia. A partir del siglo XVII San Pablo formó parte de la Parroquia de San Sebastián.

El primer bautismo que se anotó en el primer libro de bautismos de la «Vicaría Fija de María Madre de la Iglesia» fue firmado por el Señor Pbro. Don Hilario Rodríguez G. el 2 de octubre de 1965. Suponemos que unos días antes llegó a vivir en este pueblo.

El segundo sacerdote que estuvo en San Pablo como «vicario Fijo» fue el padre Gonzalo Zarazúa, quien llegó a este pueblo los primeros días del mes de enero de 1974, celebrando el primer bautismo registrado en el cuarto libro de bautismos, el 28 de enero de 1974.

En el mes de junio de 1980 esta comunidad, que hasta entonces había sido Vicaría Fija, fue elevada al rango de parroquia, siendo su primer párroco el señor presbítero Lic. Don Salvador Espinosa Medina. Fue sucedido por el Sr. Pbro. José Guadalupe Olvera Servín, quien murió aquí mismo en el mes de agosto del año de 1973. A su muerte fue nombrado «Administrador Parroquial» el Señor Pbro. Agustín Hernández, quien entregó la parroquia al tercer párroco, el padre Ismael Hernández quien a su vez fue sucedido por el actual párroco, su servidor y amigo, el padre Reynaldo Huerta Cerna, quien llegó a esta parroquia el 11 de marzo del año santo de la redención 2, 000. Llegó caminando desde su anterior parroquia de San Pedro Apóstol de Peñuelas. Entró por la calle Adolfo López Mateos, luego tomó la calle Real y subió por la Calzada Guadalupe. Al entrar al atrio besó la tierra en señal de amor por esta comunidad, que ahora lo recibía para continuar la obra de evangelización.

Desde su llegada a San Pablo, el nuevo párroco, se dio a la tarea de iniciar la construcción de un nuevo templo parroquial, ya que el existente es muy pequeño, tanto que es considerado como el «Templo parroquial más pequeño de la Diócesis» y tal vez de los más pequeños de México. Las Misas dominicales se celebraban en un viejo salón contiguo al templo.

En 2001 se remodeló el templo parroquial, de tal manera que se asegurara que el proceso natural de deterioro se detuviera. Se taparon las goteras, se resanaron las hendiduras y se pintó. A partir del año 2002 se hizo el proyecto arquitectónico y se inició el proceso para conseguir los permisos de construcción con las autoridades correspondientes. A finales del 2004 se logró el permiso legal y para el 26 de febrero del 2005 se iniciaron las obras.

Desde que llegó el padre Hilario Rodríguez inició la construcción de una casa, la cual está anclada al templo antiguo por la parte occidental de éste. Esa casa es ahora «La Casa del Migrante». El padre Gonzalo Zarazúa inició la construcción de un curato que también ancló del antiguo templo por el lado oriental. El actual párroco tomó la decisión de demoler este segundo curato, junto con el antiguo salón donde se celebraban las Misas dominicales, con la finalidad de darle más espacio al nuevo templo. La idea era que el nuevo templo y el nuevo curato tuvieran un proyecto conjunto, construyendo éste encima de aquel.

En el mes de junio de 2009 se colocó el techo del nuevo templo y se inició la construcción de la cúpula. Terminada la cúpula y por ende, la totalidad del techo del nuevo templo, se emprendió la tarea de construir el nuevo curato. En estos días se está concluyendo la construcción de esta casa. El pasado viernes 8 de junio se llevó a cabo la bendición del nuevo curato, lo cual se hizo con la asistencia de todos los sacerdotes del decanato del Santo Niño de la Salud. El párroco vive allí desde hace 3 meses.

Desde que se demolió el salón viejo, el párroco inició las celebraciones de las Misas dominicales en la plazoleta. Esto traía muchos inconvenientes, tales como lluvia, viento, polvo, y ruido del tránsito de vehículos. Gracias a Dios y a la generosidad de las personas del pueblo, se ha avanzado sustancialmente en la construcción por lo que actualmente el nuevo templo está en funciones. (CONTINUARÁ)