miércoles, 15 de agosto de 2012

Comunión, Órgano oficial de la Diócesis de Querétaro, N° 757, 19 de agosto del 2012

26 de agosto

Solemne Consagración de la Diócesis de Querétaro al Sagrado Corazón de Jesús y al Doloroso e Inmaculado Corazón de María
A los hermanos presbíteros, a los miembros de la Vida Consagrada, a los fieles laicos, hermanos y hermanas- todos en el Señor.


Les saludo a todos en el Señor Jesucristo, deseando que «el amor que el Padre nos ha tenido para llamarnos hijos suyos» (cf. 1 In 3, 1), les impulse a vivir una vida plena y entregada al servicio de la construcción del Reino de Dios, de manera que sean muchos quienes experimenten en su vida la alegría de sentirse lujos amados en el Hijo.

El amor de Dios (1 .In 4, 16) es una realidad que fundamenta la existencia y consolida la persona, al grado de llevarla a la plenitud, por ello, buscando sumar esfuerzos de conjunto y en perfecta sintonía con los proyectos de la Misión Continental Permanente y con nuestro Plan Diocesano de Pastoral, presento a todos ustedes el proyecto de la «Misión por el amor de Dios en todo el mundo»; dicho proyecto es una iniciativa que nace de la’ preocupación de que todos renueven en su vida su compromiso de consagración y pertenencia a Dios, sumergidos en el corazón traspasado de su Hijo Jesucristo y del Inmaculado Corazón de María. Es un proyecto que abona a nuestro Plan Diocesano de Pastoral y que lo impulsa de manera importante.

Esta misión tiene como base cuatro piedras angulares que sustentan todo el proyecto: 1. La consagración; 2. El cambio personal; 3. La: oración el corazón; 4. Las buenas obras.

Buscando alcanzar el objetivo en nuestra Diócesis, les pido que nos preparemos para hacer la Consagración de nuestra comunidad diocesana el próximo 25 de Agosto de 2012 en la Santa Iglesia Catedral, en una Santa Misa que Dios mediante presidiré a las 19:00 horas; les exhorto a que cada parroquia se una a esta consagración el 26 de Agosto de 2012, durante las misas dominicales, lo cual exige una concientización y una adecuada preparación, para ello el equipo coordinador de la Misión, como un apoyo espiritual para la Misión Continental Penamente, nos proporcionará los materiales necesarios (Misales, cuadríptico de oraciones y un folleto con cápsulas espirituales). Les pido que implementen a través de sus grupos apostólicos las catequesis y oraciones por la paz, como una preparación para la consagración; también sugieran a las familias consagrar su propia familia de manera puntual y permanente.

Auguro que esta experiencia sea un verdadero oasis espiritual del cual podamos beber abundantes gracias en bien de nuestras comunidades cristianas, les bendigo.

Fraternalmente en Cristo y con María.

Ciudad Episcopal de Santiago de Querétaro, a2 3 de julio de 2012.

Faustino Armendáriz Jiménez
Obispo de Querétaro

Pbro. Lic. Israel Arvizu Espino
Vicecanciller


Al acto de consagración de la entrega personal se le llama de diversas maneras: consagración, que Jesús sea el Señor de nuestra vida, tomar la cruz, morir a sí mismo, ponerse en manos del Espíritu Santo, etc. Lo que verdaderamente importa es lo que se haga, no cómo se le llame. Dios quiere nuestra vida: TODA NUESTRA VIDA. El noventa y cinco por ciento no es suficiente. Hay tres obstáculos que bloquean nuestra entrega total a Dios: el temor, el orgullo y la confusión. No nos damos cuenta de cuánto’ nos ama Dios, queremos controlar nuestra propia vida y malinterpretamos lo que significa la entrega, la consagración. La consagración personal, la de nuestra familia, la de nuestra ciudad, está basada en la confianza. Valdría la pena preguntarse ¿puedo confiar en Dios? La confianza es el ingrediente principal de nuestra entrega a Dios. No puedes entregarte a El si no confías, pero tampoco puedes confiar en Él hasta que lo conozcas mejor. El temor impide entregarnos, pero el «amor echa fuera el temor». Cuanto más nos demos cuenta de lo mucho que Dios nos ama, más fácil nos resultará la entrega. ¿Cómo sabes que Dios te ama? Él te demuestra su amor de muchas maneras: te dice que te ama, que nunca te pierde de vista, que te cuida, que te perdona, que siempre está contigo, que aunque tú lo olvides, Él no se olvidará de ti.


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III Encuentro Diocesano de Ministros Extraordinarios de la Comunión

25 de agosto del 2012 9:00 - 14:00 hrs.
Seminario Conciliar de Querétaro.
Cuota de recuperación $20.00 c/u
Llevar Alimentos. Las inscripciones serán ese mismo día, por cuestion práctica pedimos que un representante de cada parroquia presente la lista de asistentes junto con la cuota de cada uno.
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LA VOZ DE NUESTRO SEÑOR OBISPO
Juan 6, 41-51
† Faustino Armendáriz Jiménez.

IX Obispo de Querétaro
¡Jesús, Pan de Vida!
Cuando escuchamos en la Escritura expresiones como las que aparecen en el evangelio el día de hoy: «Yo soy el pan de vida» – «Yo he venido del cielo», corremos el riesgo de caer en el mismo sentimiento que los judíos de no creerle a Jesús, pues nos supera el hecho de que Dios sea un Dios cercano a nosotros, más aún, que el objetivo de su acción sea el que tengamos vida y vida en abundancia. Ante estas circunstancias, Jesús nos ayuda a reflexionar sobre la dureza de nuestro corazón, enunciado las condiciones necesarias para creer en Él, para creerle a Él y así podamos ser destinatarios de su acción amorosa.


En primer lugar es necesario ser atraídos por el Padre, don y manifestación del amor de Dios a la humanidad: Nadie puede ir a Jesús si no es atraído por el Padre. La segunda condición es la docilidad a Dios: Los hombres deben darse cuenta de la acción salvífica de Dios respecto al mundo. La tercera condición es la escucha del Padre: Estamos frente a la enseñanza interior del Padre y a la de la vida de Jesús que brota de la fe obediente del creyente a la Palabra del Padre y del Hijo.

Estas tres condiciones vividas y asimiladas nos ayudan a entender que escuchar a Jesús, significa ser instruidos por el mismo Padre. Con la venida de Jesús, la salvación está abierta a todos, pero la condición esencial que se requiere es la de dejarse atraer por Él, escuchando con docilidad su palabra de vida. Aquí es donde precisa el evangelista la relación entre fe y vida eterna, principio que resume toda regla para acceder a Jesús. Sólo el hombre que vive en comunión con Jesús se realiza y se abre a una vida duradera y feliz. Sólo el que come de Jesús, el pan de vida, no muere. Es Jesús, pan de vida el que dará la inmortalidad a quien se alimente de él, a quien interiorice su Palabra y asimile su vida en la fe.

El encuentro con Jesús en la santa Misa se realiza verdadera y plenamente cuando la comunidad es capaz de reconocer que Él, en el Sacramento, habita su casa, nos espera, nos invita a su mesa, y luego, tras disolverse la asamblea, permanece con nosotros, con su presencia discreta y silenciosa, y nos acompaña con su intercesión, recogiendo nuestros sacrificios espirituales y ofreciéndolos al Padre.

Estar todos en silencio prolongado ante el Señor presente en su Sacramento es una de las experiencias más auténticas de nuestro ser Iglesia, que va acompañado de modo complementario con la de celebrar la Eucaristía, escuchando la Palabra de Dios, cantando, acercándose juntos a la mesa del Pan de vida. Comunión y contemplación no se pueden separar, van juntas. Para comulgar verdaderamente con otra persona debo conocerla, saber estar en silencio cerca de ella, escucharla, mirarla con amor. El verdadero amor y la verdadera amistad viven siempre de esta reciprocidad de miradas, de silencios intensos, elocuentes, llenos de respeto y veneración, de manera que el encuentro se viva profundamente, de modo personal y no superficial. Y lamentablemente, si falta esta dimensión, incluso la Comunión sacramental puede llegar a ser, por nuestra parte, un gesto superficial. En cambio, en la verdadera comunión, preparada por el coloquio de la oración y de la vida, podemos decir al Señor palabras de confianza: «Yo me siento orgulloso del Señor» (cf. Sal. 33).

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SIGNOS VITALES
P. Gabino Tepetate Hernández gabino_th@hotmail.comXX Encuentro diocesano de CEBS en la Diócesis de QuerétaroEn nuestra Diócesis de Querétaro, se celebró el XX Encuentro de Comunidades Eclesiales de Base (CEBs) a nivel diocesano en la parroquia del Sagrado Corazón en Doctor Mora, Gto., el día 11 de agosto del presente. Como se puede constatar esta experiencia eclesial tiene ya un largo caminar en la Diócesis. Quienes participamos en esta experiencia eclesial de las CEBs estamos convencidos que son un modo antiguo y nuevo de vivir la Iglesia, inspiradas en sus orígenes en las primeras comunidades cristianas (He ,2,42-47) y en el Concilio Vaticano II (1962-1965) y alentadas nuevamente en el Documento de Aparecida (2007) como un aporte valioso que «manteniéndose en comunión con su obispo e insertándose al proyecto de pastoral diocesano, las CEBs se convierten en un signo de vitalidad en la Iglesia particular». (DA no. 179).


La Iglesia desde la pequeña comunidad, incluyendo las CEBs son una necesidad de la Iglesia, porque es la Iglesia quien requiere de quienes la renueven desde la raíz, de miembros donde se nutra, sostenga y fortalezca en todos sus niveles, es decir, de un nivel base. Las CEBs son una comunidad eclesial desde los pobres, que asume el compromiso por el Reino, la eclesialidad, la evangelización liberadora y el compromiso misionero.

Existe una gran desconfianza e incluso rechazo por quienes confunden la identidad de las CEBs y no faltan quienes piensan y sostienen que son cosa del pasado, respondieron a un contexto histórico y ahora están desfasados para lo que requiere el mundo actual, competitivo, exitoso y de «buen vivir». Lo que importa ahora es lo inmediato no importa que sea virtual, que se justifica en el subjetivismo y en el interés del colectivo social propio, con el que uno se siente identificado, excluyendo a todos los demás.

Es precisamente por estas realidades que un aporte alternativo siempre será el Evangelio que hay que proclamar con experiencias eclesiales concretas, como las CEBs que no son fundamentalistas, ya que no son la única experiencia y ni la mejor en el interior de la Iglesia, ni tampoco trata simplemente de imitar lo que se hacía antes entre las primeras comunidades cristianas, sino que reconoce y es consciente de los desafíos que presenta nuestra realidad actual, que requiere respuestas nuevas, a la mejor provisorias, es decir, no definitivas, pero siempre a la luz del Evangelio y la experiencia de la tradición de la Iglesia, una posición ante los problemas y desafíos que hay que tomar ante situaciones actuales que son distintas, porque estamos ante realidades diferentes.

Para las CEBs la opción por los pobres sigue siendo una actitud fundamental al igual que su carácter comunitario, son pequeñas comunidades donde se viven relaciones fraternas, donde se toma consciencia de la dignidad y donde se trata de vivir el ministerio como servicio, en coordinación con los sacerdotes a quienes se les reconoce y acepta no sólo como quienes tiene un poder especial, sino sobre todo, como quienes tienen una misión especial. En el Encuentro se compartieron los logros y avances, las dificultades y los desafíos con la finalidad de continuar fortaleciendo este modo de ser iglesia, teniendo como fuente iluminadora y transformadora de las realidades personales y sociales la Palabra de Dios y como centro de la vida espiritual y misionera la Sagrada Eucaristía. En este Encuentro contamos con la presencia del Sr. Vicario General Mons. Javier Martínez en representación del Sr. Obispo de nuestra diócesis Don Faustino Armendáriz a quienes agradecemos siempre por su atención y apoyo en esta labor eclesial. Que Dios los bendiga.

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Clausura de los Diplomados

El pasado sábado 21 de julio, se realizó en el Centro diocesano de formación cultural y religiosa, la ceremonia de graduación de la segunda generación del Diplomado de Valores Civiles y Cristianos para Laicos y de la primera generación del diplomado Doctrina Social de la Iglesia y Compromiso del Laico en la Iglesia y el Mundo, organizados ambos por la Dimensión Diocesana de Laicos (DIDILAI) de la Diócesis de Querétaro. En una ceremonia sencilla, pero muy emotiva, cada uno de los estudiantes de los dos diplomados, recibió su diploma de manos de algunos de los catedráticos y del Pbro. Lic. Mauricio Reséndiz Ruiz, Asesor espiritual de la Dimensión Diocesana de Laicos (DIDILAI).

Previamente, se realizó una misa en la Parroquia de la Inmaculada Concepción de María, en la colonia Álamos, presidida por el Pbro. Jaime Gutiérrez Jiménez, presidente de la Comisión Diocesana de Familia, Juventud, Laicos y Vida. El propio Pbro. Mauricio Ruiz, durante la ceremonia, los graduados y sus familias dieron gracias a Dios por el feliz término del Diplomado. El Pbro. Jaime Gutiérrez, exhortó a los 27 egresados a encauzar los conocimientos adquiridos, hacia alguna labor pastoral que tanta falta hace. De nada sirve el conocimiento, señaló, si no es aplicado en una de las muchas opciones que existen para trabajar a favor del bien común.

Tanto el diplomado de Valores Civiles y Cristianos para Laicos, como el Diplomado sobre Doctrina Social de la Iglesia, iniciaron en septiembre de 2011 y concluyeron el 30 de junio y 18 de julio del 2012 respectivamente. En ambos, se contó con la participación de catedráticos especialistas en cada uno de los módulos que fueron impartidos. El diplomado de Valores Civiles y Cristianos para Laicos, ofreció una visión general de la sociedad y de los valores fundamentales, mediante seis módulos que fueron: Taller de comunicación y medios, Teoría del Estado, Ciencia Política, Familia y Sociedad, Teoría Económica y Doctrina Social de la Iglesia. En cuanto al Diplomado sobre Doctrina Social de la Iglesia, se abordó el estudio de los principales documentos que conforman el pensamiento de la Iglesia como, Relaciones Humanas, Eclesiología, Inducción al estudio de la doctrina social para los laicos, la Evolución Social desde la Doctrina Social de la Iglesia, Nuevos desafíos para la evangelización social.

Durante la ceremonia de entrega de diplomas, el Pbro. Mauricio Ruiz Reséndiz, anunció que para el mes de octubre se tiene contemplado abrir nuevas ofertas de preparación para laicos comprometidos, tanto a través del Diplomado de Valores Civiles y Cristianos, como en la profundización en el conocimiento de Documentos de la Iglesia. Anunció que durante el mes de agosto se darán a conocer las convocatorias para estos cursos que se realizarán también en el Centro Diocesano de Formación Cultural y Religiosa (Casa Pastoral) ubicada en Corregidora 72 norte, colonia Centro.

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Marcha Juvenil Decanal al Santuario de la Virgen de los Remedios

El sábado 4 de Agosto de 2012, teniendo como tema central la tercera prioridad del Plan Diocesano de Pastoral «Reencontrar el Sentido de la Vida personal y social», se realizó la XII Marcha Juvenil Decanal.

El punto de reunión para los jóvenes de las 10 parroquias pertenecientes al Decanato de Guanajuato, fue la Parroquia de San Juan Bautista, en Victoria, Gto., de ahí partieron con gran júbilo más de mil jóvenes convocados a esta Peregrinación Juvenil, para llegar al Santuario de la Virgen de los Remedios, en Cerro Grande, y postrarse a los pies de la Virgen María.

Los jóvenes de cada parroquia, identificados con su color correspondiente, llenos de alegría, lanzaron vivas y porras a Jesucristo y a la Virgen María. Al llegar al Santuario, se tuvieron temas y otras actividades, culminando con la Concelebración Eucarística, presidida por el Pbro. Lic. José Luis Salinas Ledesma, Rector del Seminario Conciliar y concelebrando algunos Sacerdotes del Decanato.

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El Pbro. José Emmanuel Ayala Bocanegra irá a estudiar la Licenciatura en Derecho Canónico a Roma.
El Pbro. Juan Manuel Granados Olguín irá a estudiar la Licenciatura en Derecho Canónico a Roma.
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Prot. No. 72 /2012

Circular No. 27/2012
Asunto: Curso Pablo

A todos los hermanos Presbíteros de la Diócesis de Querétaro:

«Tú, hijo mío, mantente fuerte en la gracia de Cristo Jesús; y cuanto me has oído en presencia de muchos testigos, confíalo a hombres fieles, que sean capaces, a su vez, de instruir a otros» (2 Tim 2, 1-2).

En continuidad con el programa de evangelización que ya iniciamos en la Escuela de San Andrés, exhorto a todo el presbiterio de la Diócesis de Querétaro, para asistir al curso Pablo que tratará sobre la formación de evangelizadores. Este curso nos habilitará para ser misioneros idóneos y aptos en el visiteo misionero, para anunciar la buena nueva de Jesucristo a los hermanos casa por casa. Les recuerdo a todos la necesidad de participar, por lo que, pido lo tomen en cuenta en sus agendas.

Estamos a punto de iniciar el año de la fe convocado por Su Santidad Benedicto XVI. Este curso será una gran oportunidad para prepararnos también espiritualmente a este acontecimiento de la vida de la Iglesia.

Hermanos Presbíteros Diocesanos y Religiosos nos reuniremos como siempre en las instalaciones del Seminario Conciliar del 21 a 23 de agosto del 2012, de las 9:00 a.m. a las 7:00 p.m., terminamos el 23 a las 3:00 p.m.

Ruego a Dios y a la Santísima Virgen María, en su advocación de los Dolores de Soriano, que interceda por todos nosotros y podamos con su ayuda asumir nuestra tarea como evangelizadores y dar un fuerte impulso a Nuestro Plan Pastoral y a la Misión Continental Permanente.

En la Sede Episcopal de Santiago de Querétaro, a los 11 días del mes de julio de 2012.

Fraternalmente en Cristo y María.

 † Faustino Armendáriz Jiménez
Obispo de Querétaro

Pbro. Dr. Jorge Hernández Nieto
Canciller

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Introducción General de la Consagración
En las Sagradas Escrituras encontramos que Dios habla de muchas formas a su pueblo y lo sigue haciendo hoy en día. En ocasiones, algunas inspiraciones de Dios llegan a través de las almas consagradas, otras veces vienen a través de los laicos.


La iniciativa que a continuación se presenta surge de laicos y sacerdotes, unos y otros preocupados por el rumbo que ha tomado nuestra historia en esta época al generalizarse el olvido de su Alianza con Dios. En una realidad cada vez mas retada por el relativismo, el paganismo y la globalización, son tema de todos los días las mas variadas muestras de violencia contra la dignidad de la persona provocando escenarios de desesperanza y confusión. No es raro que escuchemos a alguna persona demandar .“¡Qué alguien haga algo!” con un claro tono de impotencia al buscar la solución fuera de sí. Es aquí donde surge la pregunta: “y nosotros, ¿qué hacemos?” “¿Qué estamos haciendo los bautizados por revertir estos escenarios que nos hacen olvidar nuestra dignidad de hijos de Dios y los dones y las potencias espirituales que dicha gracia conlleva?”

Los obispos mexicanos, contemplando a nuestra nación en el umbral del tercer milenio en su carta pastoral “Del encuentro con Jesucristo a la solidaridad con todos” se preguntan si la Iglesia puede ser marginada en este momento de la historia y, aún más, se preguntan con admiración si la Iglesia se puede automarginar en este momento crucial de la historia. En esta misma línea de pensamiento, todos los bautizados tenemos la oportunidad y, por tanto, el compromiso de restaurar nuestra alianza personal con Dios para poder afectar santamente la realidad actual. Tal es el sentido de esta iniciativa de consagración y oración, la cual nos encamina a un compromiso de vida que nos ayude a reconocer en la propia experiencia uno de los dogmas esenciales del cristianismo que es el amor de Dios para todos los hombres.

Históricamente, el protestantismo en el siglo XVI y el Jansenismo en el siglo XVII habían puesto todos los medios posibles para desfigurar dicho dogma. Interesantemente, el desconocimiento del amor de Dios para todos los hombres es herida fundamental en la humanidad hoy en día. La respuesta del Espíritu Santo, que rige siempre a la Iglesia, fue la institución de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Para tal manifestación eligió, entre otros, a una de las hijas espirituales de S. Francisco de Sales, Santa Margarita María Alacoque a quien Jesús mostró su Corazón en Paray-le-Monial, el 16 de junio de 1675. Santa Margarita escribió: “…el gran deseo que Nuestro Señor tiene de que su Corazón sea honrado es para renovar en las almas los efectos de su Redención.” Así, podemos comprender las palabras del Beato Juan Pablo II al expresar: “En el Amor, que tiene su fuente en el Corazón de Jesús, está la esperanza del futuro del mundo.”

El Papa Benedicto XVI tiene unas palabras maravillosas que nos ayudan a comprender el amor de Dios hacia nosotros manifestado en los sagrados corazones. Dice el Papa que “En el lenguaje bíblico el «corazón» indica el centro de la persona, la sede de sus sentimientos y de sus intenciones. En el corazón del Redentor adoramos al amor de Dios por la humanidad, su voluntad de salvación universal, su infinita misericordia. El culto al Sagrado Corazón de Cristo significa, por tanto, adorar a ese Corazón que, después de habernos amado hasta el final, fue traspasado por una lanza y desde lo alto de la Cruz derramó sangre y agua, manantial inagotable de vida nueva”.

Sagrario perfecto del Corazón Sacratísimo de Jesús es el Inmaculado Corazón de María como nos lo explica San Luis María Grignion de Montfort: “… la verdadera devoción a la Santísima Virgen es para establecer mas perfectamente aquella a Jesucristo y para dar un medio mas fácil y seguro de encuentro con Él.” Al consagrarnos al Inmaculado Corazón de María, lo que obtenemos es un refugio y un camino que nos conduce inequivocamente a Dios. ¿Por qué la consagración simultánea a los dos Sagrados Corazones?

Es usual consagrarse por separado al Sagrado Corazón de Jesús o al Inmaculado Corazón de María dependiendo de nuestras experiencias devocionales. Sin embargo, estos son tiempos en los que la herida más grave en la humanidad es su falta de unidad: la unidad de la creatura con su Dios Creador, Trino y Uno y la unidad fraterna con el prójimo. Ningún testimonio de vida como la unidad entre Jesús y su Madre Santísima nos puede llevar a esta conciencia. Consagrémonos a Ellos con gran confianza y gratitud. Este acto de fe también ayudará a prepararnos para vivir el Año de la Fe que propone nuestro Santo Padre Benedicto XVI.

Esta iniciativa a nivel nacional cuenta con dos momentos:
· La consagración de los territorios (parroquias, estados o diócesis) a los Sagrados Corazones a fin de actualizar nuestra alianza con Dios y los efectos de su Redención.

· Una campaña de oración por la conversión y la paz en México que cuenta con la bendición de su Santidad Benedicto XVI.

Para la consagración de la Diócesis de Querétaro el 26 de agosto, 2012, se invita a la preparación previa con los siguientes elementos:

· El rezo del Santo Rosario incluyendo en los misterios dolorosos las intenciones de la campaña.

· 15 cápsulas apara la reflexión diaria y dos cápsulas catequéticas especiales para los dos domingos previos.

· El rezo de una Novena al Sagrado Corazón de Jesús del 16 al 24 de agosto, 2012, suplicando las gracias que esta diócesis y nuestra nación requieren para estos tiempos.

Además, se entregarán cuadrípticos a las parroquias donde la feligresía podrá leer las fórmulas de consagración durante las misas del 26 de agosto, 2012.
 
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Círculo Bíblico
Pbro. José Luis Salinas Ledesma XX Domingo Ordinario - Ciclo B1. Lectura del text0: Jn 6, 51- 58

(Se pide la luz del Espíritu Santo)
¡Oh Espíritu Santo!
Recibe la consagración perfecta y absoluta
De mi ser.

Dígnate ser en adelante
en cada uno de los instantes de mi vida
y en cada una de mis acciones
mi Director, mi luz, mi Guía, mi Fuerza
y el amor de mi corazón.
Yo me abandono sin reserva
a tus inspiraciones.

¡Oh Espíritu Santo!
Transfórmame con María y en María en otro Cristo
para gloria de Dios Padre y salvación del mundo. Amén.

(Cada uno lee en su Sagrada Escritura)
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: «Yo soy el pan vivo, que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne, para que el mundo tenga vida». Entonces los judíos se pusieron a discutir entre sí: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?» Jesús les dijo: «Yo les aseguro: Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre, que me ha enviado, posee la vida y yo vivo por él, así también el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo; no es como el maná que comieron sus padres, pues murieron. El que come de este pan vivirá para siempre».  Palabra del Señor.

Repasar el texto leído
(Se pregunta a los participantes y responden leyendo los versículos en su Biblia)
¿Qué dice Jesús de sí mismo? v.51a ¿Qué sucede a quien come el pan de Jesús? v.51b ¿Cuál es el pan que da Jesús? v.51c ¿Qué decían los judíos? v.52 ¿Qué pasa con quienes no comen la carne, ni beben la sangre del Hijo del hombre? v.53 ¿Qué prometió Jesús con los que comen su carne y beben su Sangre? v.54 ¿Cuál es la verdadera comida y la verdadera bebida? v.55 ¿Cómo se puede permanecer en Jesús? v.56 ¿Cuál es el verdadero pan bajado del cielo? v.58

Explicación del texto
En este discurso Jesús se presenta como el pan dado por el Padre, bajado del cielo, del que hay que comer mediante la fe, destaca el realismo sacramental de esta unidad literaria estrictamente eucarística: es necesario comer y beber la carne y la sangre del Hijo del hombre.

Al expresarse de este modo, el evangelista trata de dar respuesta al interrogante sobre cómo puede Jesús darnos a comer su carne. Un interrogante que supone una comprensión inadecuada de la cena del Señor. Incluso hay que contar con una polémica en contra de su celebración. ¿Procedía de las discusiones con los judíos, con los jude-cristianos o con otras tendencias o grupos dentro de la Iglesia? Ignacio de Antioquia afirma: «no confiesan que la eucaristía es la carne del Señor». Frente a ellos se pone de relieve la necesidad de tomar parte en la eucaristía para participar en la vida.

El evangelista insiste en presentar la carne y la sangre como verdadera comida y bebida. De este modo salía al paso de otra concepción errónea dentro del cristianismo primitivo, frente a una concepción que consideraría la eucaristía como mero símbolo, el texto subraya que se trata de una verdadera comida, una comida real, en la que se participa de la carne y la sangre de Cristo.
Los efectos de la eucaristía se expresan mediante la fórmula de la permanencia mutua: «el que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él». Esta permanencia designa la vida cristiana. La concepción joánica de la eucaristía pone de relieve que el discipulado cristiano se define por la permanencia en la unión con Cristo.

Los dones sacramentales (el pan y el vino) son medio para lograr la unión con Cristo. Esta unión es eficaz se realiza cuando se cumple la exigencia única y decisiva impuesta al hombre, que es la fe en el Revelador, enviado por Dios y portador de la salvación. El efecto principal de la eucaristía, la unión personal con Cristo, se expresa mediante la mutua permanencia: El que come mi carne y bebe mi sangre, vive en mí y yo en él. (Jn 6,56)

2. Meditación del texto
(Cada participante puede compartir su reflexión personal)
En esta parte del discurso, Juan ofrece una interpretación profética de las palabras de Jesús, dirigidas totalmente al sacramento de la Eucaristía. En la primera parte decía: Yo doy el pan, pero ahora dice: Yo soy el Pan. Todo lo que la Iglesia enseña sobre la Eucaristía es sólo la consecuencia de la fe en el hijo de Dios hecho hombre. Adoramos a Dios en espíritu y en verdad, pero el hecho de que el hijo de Dios se haya integrado en la creación haciéndose hombre, permitió que los elementos de la creación fueran portadores de realidades divinas.

La Eucaristía es un rito humano –a veces celebrado de una manera demasiado humana- lo que no impide que tanto la ofrenda como los celebrantes estén inmersos en ese momento en el misterio de Dios ¿Qué son el cuerpo y la sangre de de Jesús ya resucitado? Para nosotros es un misterio, pero el cuerpo evoca la unión de todos, y la sangre, la vida.

La Eucaristía, Cena del Señor (la Misa como decimos comúnmente) es la expresión más fuerte de nuestra unión con Dios en Cristo. ¿Cómo puede éste darnos de comer su carne? Según los manuscritos más antiguos Juan escribió «carne», y no «su carne», citando las mismas palabras de los israelitas que desconfiaban de Dios en el desierto. Pero Juan, que le gusta jugar con las palabras, les da aquí un sentido diferente: ¿Cómo un enviado del cielo daría carne al mundo, si lo que necesitamos es lo espiritual Jesús contestará: aunque esa carne parezca alimento terrenal, se trata de compartir la vida de Cristo resucitado y transformado por el Espíritu, y por eso da vida.

En la cultura hebraica carne y sangre significan la totalidad del hombre en su condición mortal. Jesús quiere que hagamos nuestro todo su ser, y nos comunica su divinidad. Es evidente que la comunión sólo adquiere todo su sentido si se hace bajo las dos especies de pan y de vino; por eso sólo hay eucaristía si el celebrante, por lo menos comulga bajo las dos especies.

3. Compromiso personal y comunitario
(Cada participante puede proponer compromisos personales y comunitarios)
·Participar con fe y alegría en la Eucaristía dominical para estar en comunión con Jesús.

·Promover la participación de la familia en la Eucaristía dominical.

·Confesarse frecuentemente para estar dignamente preparados para recibir a Jesús que nos une a su Cuerpo Místico.

·Acercar a la Eucaristía a todas las personas alejadas y a los enfermos.

·Los catequistas comprometerse a preparar de una manera profunda a quienes recibirán la primera comunión.

·Los ministros extraordinarios ofrecer un servicio digno de llevar la comunión a los enfermos.

4. Oración
(Se puede hacer alguna oración en voz alta donde participen quienes gusten dando gracias a Dios por la Palabra escuchada. Se puede recitar algún Salmo o alguna oración ya formulada)
Te damos gracias Señor,
por tu palabra pronunciada
hace dos mil años,
sigue siendo viva y eficaz
entre nosotros.

Reconocemos nuestra impotencia
e incapacidad para comprenderla
y dejarla vivir entre nosotros.

Ella es más poderosa y más fuerte
que nuestra debilidad,
más eficaz que nuestra debilidad
más penetrante que nuestras resistencias.
Por eso te pedimos
que nos ilumines con tu Palabra
para tomarla en serio
y abrirnos a aquello que nos manifiesta.
Para que confiemos en ella
y le permitamos actuar
en nosotros con la riqueza de su poder.


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Los años difíciles. (1911-1936)

1.- La Revolución (1911-1917) Introducción
La Reforma juarista había terminado de forma definitiva con el antiguo sistema en el que la Iglesia había mantenido su situación de primera corporación del país; perdió además el patrimonio económico de los cuerpos que la integraban, en particular las órdenes religiosas, las cofradías, órdenes terceras y demás asociaciones de laicos. Era indispensable reestructurar la vida de la Iglesia. Reunidos en Roma con el papa Pío IX, los obispos mexicanos comenzaron por trazar una nueva división territorial, erigiendo nuevas provincias eclesiásticas y diócesis sufragáneas. Sin embargo, la búsqueda de un acuerdo con el Estado para evitar la aplicación estricta de las Leyes de Reforma y la preparación de una nueva jerarquía, fueron dos de los objetivos más destacables.

El acuerdo con el Estado tardó prácticamente una década. No fue sino hasta el ascenso del general Porfirio Díaz que la Iglesia obtuvo las garantías necesarias para su desarrollo a través de la «política de conciliación». Durante sus sucesivos gobiernos, el general Díaz dejó sin vigencia efectiva las leyes de Reforma, mientras el clero abandonaba prudentemente toda participación política. Son hechos muy conocidos los vínculos del Presidente con algunos prelados, como Eulogio Gillow, Pelagio A. Labastida y Próspero María Alarcón; asimismo son conocidos los límites de la conciliación, con los casos de los gobernadores Próspero Cahuantzi, de Tlaxcala, e Ignacio Romero Vargas, de Puebla, amonestados por su acercamiento con los obispos respectivos.

La preparación de nuevos prelados se efectuó a través del Colegio Pío Latino Americano, fundado en Roma a por Pío IX, y en donde estudiaron los jerarcas más célebres de las tres primeras décadas del siglo XX: José Mora y del Río, Francisco Orozco y Jiménez, Leopoldo Ruiz y Flores, Manuel Fulcheri, Martín Trischler, entre otros. Apoyaados por Eulogio Gillow, este grupo de eclesiásticos (fueron ganando progresivamente las principales sedes diocesanas del país en los primeros años del siglo XX.

La preparación de los nuevos obispos estaba más cercana a la teología neotomista que se promovió durante el pontificado de León XIII, cuya encíclica Rerum Novarum de 1891 abrió definitivamente las puertas al catolicismo social, corriente que buscaba frenar la creciente secularización a través de una mayor atención a los laicos y los problemas agrícolas y obreros.

Aunque la Rerum Novarum fue recibida fríamente en México, al despuntar el siglo XX comenzó a verse la febril actividad de los católicos sociales: a partir de 1903 dio inicio el ciclo de los congresos católicos; Mora y del Río, como obispo de Tulancingo, convocó además a congresos agrícolas; las mutualistas y asociaciones obreras se multiplicaron con el apoyo episcopal; asimismo la buena prensa cobraba nuevo vigor en las ciudades, sobre todo en México y en Guadalajara, con el licenciado Miguel Palomar y Vizcarra.

La Sociedad de Jesús tuvo un papel muy importante en este resurgimiento, bajo su dirección espiritual surgió el Circulo de Estudios Católicos - Sociales Santa María de Guadalupe, mejor conocido como los Operarios Guadalupanos, base a su vez del Círculo Católico Nacional, primera agrupación política confesional del siglo XX mexicano en cabezada por Gabriel Fernández de Somellera en 1909.

La Revolución Mexicana iniciada en 1910 puso fin al régimen de Porfirio Díaz. Algunos de los guías intelectuales de los revolucionarios, hostiles al clero, influyeron para dar un carácter antirreligioso a la revolución y se reanudo la persecución religiosa: la mayoría de los obispos fueron expulsados del país, en muchos estados los sacerdotes fueron encarcelados o desterrados, y muchos de ellos incluso fueron asesinados. Las religiosas fueron arrojadas de sus conventos, muchos de los templos fueron profanados, la mayoría de los colegios católicos fueron cerrados.


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Cápsula de LiturgiaCONGREGACIÓN PARA EL CULTO DIVINO Y LA DISCIPLINA DE LOS SACRAMENTOS DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA PRINCIPIOS Y ORIENTACIONES CIUDAD DEL VATICANO 2002
El escapulario del Carmen y otros escapularios
N. 205 Ver Comunion Queretaro No. 751
Las medallas marianas

206. A los fieles les gusta llevar colgadas del cuello, casi siempre, medallas con la imagen de la Virgen María. Son testimonio de fe, signo de veneración a la Santa Madre del Señor, expresiones de confianza en su protección maternal.

La Iglesia bendice estos objetos de piedad mariana, recordando que «sirven para rememorar el amor de Dios y para aumentar la confianza en la Virgen María», pero les advierte que no deben olvidar que la devoción a la Madre de Jesús exige sobre todo «un testimonio coherente de vida».

Entre las medallas marianas destaca, por su extraordinaria difusión, la denominada «medalla milagrosa». Tuvo su origen en las apariciones de la Virgen María, en 1830, a una humilde novicia de las Hijas de la Caridad, la futura santa Catalina Labouré. La medalla, acuñada conforme a las indicaciones de la Virgen a la Santa, ha sido llamada «microcosmos mariano» a causa de su rico simbolismo: recuerda el misterio de la Redención, el amor del Corazón de Cristo y del Corazón doloroso de Maria, la función mediadora de la Virgen, el misterio de la Iglesia, la relación entre la tierra y el cielo, entre la vida temporal y la vida eterna.

Un nuevo impulso para la difusión de la «medalla milagrosa» vino de san Maximiliano María Kolbe (+1941) y de los movimientos que inició o que se inspiraron en él. En 1917 adoptó la «medalla milagrosa» como distintivo de la Pía Unión de la Milicia de la Inmaculada, fundada por él en Roma, cuando era un joven religioso de los Hermanos Menores Conventuales.

La «medalla milagrosa», como el resto de las medallas de la Virgen y otros objetos de culto, no es un talismán ni debe conducir a una vana credulidad. La promesa de la Virgen, según la cual «los que la lleven recibirán grandes gracias», exige de los fieles una adhesión humilde y tenaz al mensaje cristiano, una oración perseverante y confiada, una conducta coherente.

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DE PARROQUIA EN PARROQUIA

Pbro. Reynaldo Huerta Cerna deparroquiaenparroquia@hotmail.com María Madre de la Iglesia
Colonia San Pablo, Querétaro, Qro. (Tercera parte)
Desde el año 2008, en la parroquia de san pablo, se inició la institución de los 7 signos de la Misión permanente, muy necesarios para que la comunidad «sienta» que se encuentra en MISIÓN PERMANENTE», los cuales son:


1) La Santa Cruz de la Misión Permanente colocada en la plazoleta a un costado del templo parroquial.

Se trata de las tres cruces usadas en la representación de la pasión de Nuestro Señor Jesucristo durante la Semana Santa y atrás de ellas hay un letrero con letras grandes que dice: «SANTA MISIÓN PARROQUIAL PERMANENTE»

2) El canto «Tu palabra me da Vida…» al terminar la lectura del santo Evangelio en todas las Misas que se celebren en la parroquia

Sobre este signo todo se ha desarrollado correctamente.
3) El folleto impreso que contiene lo referente a los «3 regalos» entregados por Nuestro Señor Jesucristo a su Iglesia: La Eucaristía, Su Santísima Madre, y la Autoridad del Romano Pontífice en la Persona de San Pedro y sus sucesores.

El folleto impreso se está elaborando.
4) La visita de la imagen de la Santísima Virgen María Madre de la Iglesia a los 8 sectores de la parroquia La visita de la imagen de la Santísima Virgen María ya se ha realizado 3 veces por los 8 sectores de la parroquia y está en desarrollo la cuarta visita.

5) La representación teatral del Santo Evangelio hecha por los niños del catecismo durante la Misa de las 6 de la tarde los sábados.

Esta representación se viene haciendo desde que inició la preparación de la Misión hace 5 años.

6)La bendición de todas las casas que el párroco realiza cada año durante la última semana de cuaresma y la Semana Santa y en la cual «purifica» los ambientes destruyendo las imágenes del demonio y de la mal llamada «santa muerte»

La bendición de las casas se ha hecho por 2 años consecutivos. El párroco ya entró a todas las casas donde se lo han permitido, y a todos los espacios de estas casas, rociando el agua bendita. Se aprovechó esto para detectar las imágenes de la mal llamada «santa muerte» y del demonio en forma de imágenes subliminales. Con el permiso del dueño de la casa, se han destruido todas estas imágenes.

7) La bendición de todos los negocios.

La bendición de los negocios se hace a partir del 1 de diciembre de cada año y culmina con la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe.

OTROS SIGNOS DE LA MISIÓN PERMANENTE:

1) EL GRITO: ¡Con Jesús!, ¡Adelante! Se hace cuando iniciamos alguna actividad de la Misión permanente.

2) EL SILOGISMO: primera Premisa: Todo bautizado es hijo de Dios (se levanta una mano y se mueve de izquierda a derecha); segunda premisa: Yo estoy bautizado (cada quien se apunta el pecho con el dedo índice); Conclusión: Luego yo soy hijo de Dios (cada quien se vuelve a apuntar el pecho con el dedo índice y luego se levanta la mano a lo alto)

Esta dinámica se hace al iniciar las charlas del Kerigma, y en familia en el momento que se desee.

3) RECREACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS: Se hace durante la acción de gracias de las quinceañeras con ella y los chambelanes. Se recomienda que se haga en familia, después de la Misa dominical, como una dinámica.

4) LA PREGUNTA: ¿Qué hora es?, LA RESPUESTA: ¡LA HORA DE EVANGELIZAR!

DESARROLLO DE LA FASE DE VISITEO Y FORMACIÓN DE LAS PEQUEÑAS COMUNIDADES ECLESIALES

1) La MISIÓN PARROQUIAL PERMANENTE tiene un equipo coordinador que incluye la COORDINACIÓN OPERATIVA y la COORDINACIÓN DE RECURSOS. Este comité se reúne cada mes para efectos de planeación.

2) La «Coordinación Operativa» se encarga de revisar que en cada sector se haga todo conforme al plan que se tiene ya establecido. También del desarrollo de todas las actividades en el nivel parroquial y en el de cada sector.

3) La «Coordinación de Recursos» se encarga de reunir la ofrenda que se va generando en las Misas que se celebran en los sectores y sufragar los gastos de lo que se vaya necesitando.

4) En cada sector se cuenta por lo menos con 8 discípulos misioneros.

5) Los discípulos misioneros son enviados por el párroco durante las Misas de los domingos. Reciben una Cruz y firman el libro de la Misión de la parroquia.

De esta forma la misión se va desarrollando conforme a un plan establecido y creemos que de una manera práctica y concisa. ¡DIOS NOS CONSERVE ALEGRES EN SU SANTO SERVICIO!