miércoles, 19 de junio de 2013

Comunión, 23 de junio de 2013, IIX Domingo Ordinario Ciclo C. No. 801

Segundo Aniversario de la llegada de nuestro señor Obispo a esta Diócesis
    El 12 de junio en el Seminario Conciliar de Nuestra Señora de Guadalupe se llevó a cabo la celebración por el segundo aniversario de la toma de posesión de Mons. Faustino Armendáriz Jiménez, como obispo de Querétaro. Más de 1,500 fieles, pertenecientes a las 112 parroquias y a los movimientos laicales, numerosas religiosas y seminaristas, unos 60 sacerdotes y un obispo, Mons. Florencio Olvera Ochoa, participaron en la santa Misa de Acción de Gracias por el trabajo pastoral que Mons. Armendáriz ha realizado en nuestra Diócesis.
    Al iniciar la homilía, con emoción dijo: «Con el corazón lleno de gozo y con el espíritu agradecido, les saludo a todos ustedes en el Señor Jesucristo, el Gran Pastor de las ovejas a quien el Padre constituyó cabeza de la Iglesia, a fin de llevarnos a todos al redil de la gracia y de la vida con su resurrección. Me llena de grande gozo poder reunirme con cada uno de ustedes en esta plaza y celebrar juntos esta acción de gracias, por el segundo aniversario del inicio de mi misterio pastoral en esta Diócesis de Querétaro; sin duda que son muchos los motivos, las personas, los proyectos y las acciones que ponemos hoy en las manos de Dios».
    «Hoy quisiera que en esta ‘fiesta de la unidad diocesana’, cada uno de nosotros, en primer lugar estemos agradecidos con Dios, porque nos ha llamado a colaborar con él, infundiendo en nuestro corazón el Espíritu que dinamiza la Iglesia…», para luego comentar que el Plan Diocesano de Pastoral es «un instrumento que permite que la Misión pueda ser operativa, altamente eficaz, responder a estrategias audaces e incluir a todos los agentes necesarios, a las comunidades, estructuras y apoyos». No dejo de Invitar a vivir la santidad, abriéndose a la acción del Espíritu Santo.
     Al momento de terminar la homilía, la bendición de la lluvia se dejó sentir en el Seminario. Continuó la Misa con la procesión de ofrendas que llevaron las parroquias.
    Una vez concluida la santa Misa, compartimos los alimentos con alegría y cariño fraterno, quienes tuvieron oportunidad, se acercaron a saludar a Mons. Armendáriz y agradecer su presencia de Pastor entre nosotros.

La voz de Nuestro Señor Obispo
+Faustino Armendáriz Jiménez, IX Obispo de Querétaro
XII Domingo del Tiempo Ordinario – Lc. 9, 18-24
Audacia 

    San Lucas hace una descripción de la identidad de Jesús, describiendo al mismo tiempo como parte de esa identidad la tarea redentora a través del sufrimiento y la audacia que implica para sus discípulos el seguirle, al hacer la invitación para tomar la cruz de cada día.

    Los apóstoles tienen que tener muy clara la misión de Jesús de tal manera que su mesianismo no se desvirtúe y se llegue a pensar que Mesías es sinónimo de triunfalismo, fuerza o poder, lo cual no coincide con lo que Jesús siente y quiere llevar adelante.
    La identidad de Jesús está lejos de estos conceptos, por ello les aclara que tiene que “padecer mucho, tiene que ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que sea entregado a la muerte y que resucite al tercer día”. Esto se los recalca para que cambien su manera de pensar y se habitúen también ellos al fracaso ante la sociedad, aceptando incluso la muerte por fidelidad a Dios. Pero el fracaso no es definitivo. Es el camino a la resurrección, hacia la verdadera liberación y vida.
    Tras revelarles que es lo que le espera, cuál es su camino y su misión, Jesús se dirige a los Apóstoles y al pueblo, y les puntualiza cual es el estilo de vida para sus seguidores: “si alguno quiere acompañarme, que no se busque a sí mismo, que tome su cruz de cada día y me siga. Pues el que quiera conservar para sí mismo su vida, la perderá; pero el que la pierda por mi causa, ese la encontrara”.
    Son consignas claras del Señor que no necesitan muchos comentarios, más bien, es necesaria la valentía y audacia de asumirlas con coherencia de vida; audacia porque sobran los argumentos para amortiguar la radicalidad del evangelio y fácilmente las acomodamos a lo que nos conviene; además puede surgir la tentación de huir del compromiso por el Reino, o amoldarse a esta sociedad por temor a la cruz o conflictos de cada día, o por querer conservar lo que tenemos, es perder la vida.
    Una oración: “Señor, vivimos en un mundo donde muchos te desconocen, quizá porque no sabemos explicar bien quien eres tú, o porque no nos ven actuar con tu estilo de vida, a tu manera. Ayúdanos a ser creyentes alegres y dinámicos, a amar y tratar a la gente como tú lo hacías; haznos personas generadoras de encuentros y relaciones, buenos compañeros de camino, sin miedos y abandonados en ti. Ayúdanos a mejorar la vida de los más desfavorecidos, a suavizar el dolor de los pobres, construyendo justicia, luchando por ese mundo fraterno que urge construir.
    Otra oración: “Señor, tú nos sigues preguntando: ¿Y tú, quien dices que soy yo?. Que sepamos responder a tu pregunta, desde nuestra experiencia y encuentro contigo, no desde lo que dicen los demás o los libros”. Amén.


Nombramientos
Nuestro señor Obispo D. Faustino Armendáriz Jiménez, expidió los siguientes Decretos con los cuales ha realizado los siguientes nombramientos:
   Pbro. Ezequiel Muñoz García, Rector de la Rectoría del Santuario de Nuestra Señora de los Remedios, en Victoria, Gto.
   Pbro. Lic. Carlos Hernández Reséndiz, Sacerdote Adscrito al Santuario de la Congregación, Santiago de Querétaro, Qro.
   Pbro. Luis Miguel Flores Morales, Sacerdote Adscrito al Templo de las Teresitas, Santiago de Querétaro, Qro.
   Pbro. Lic. Laureano López Saloma, Vicario Parroquial de la Parroquia de Santa Teresa del Niño Jesús, Santiago de Querétaro, Qro.
   Pbro. Jaime Daniel Almaraz Corona, Vicario Parroquial de la Parroquia de Los Siete Dolores de María Santísima, El Capulín, Gto.
   Pbro. José Baruc Luciano Pérez, Colaborador en la Comisión Diocesana de Pastoral Vocacional y Ministerios.
   Pbro. Cruz Efraín Issasi Cano, Director, Formador y Ecónomo del Curso Introductorio, Galindo, San Juan del Río, Qro.

Etapa de transformación (1967-1989)
Pbro. Raimundo Ledesma Sánchez

    En el pueblecito llamado El Capulín, que en lo civil pertenece al Estado de Guanajuato, y en lo eclesiástico, a esta Diócesis de Querétaro, el domingo 22 de enero de 1922 nació el futuro P. Raimundo. Sus padres fueron D. J. Luz Ledesma y Dña. María Ladislao Sánchez, fueron ambos muy buenos cristianos, como han sido generalmente los habitantes de ese pueblecito. Dos veces casado, D. J. Luz tuvo de la primera mujer, Margarita Olvera, siete hijos, y de la segunda, seis. Dios bendijo el primer matrimonio con una hija religiosa, y el segundo, con un hijo sacerdote, Raimundo. Al siguiente día de su nacimiento recibió éste la gracia del bautismo, que le administró el encargado de aquella Vicaria, Pbro. D. Santiago García. Tenia ocho años cuando se acercó por primera vez a la sagrada mesa para recibir a Jesús Sacramentado. Le enseñó lo que llamaban las «primeras letras» y los tres primeros cursos de Primaria la Srita. María Medina.
    Contaba trece años de edad cuando terminó esos estudios, y sus padres, queriéndolo más ilustrado, lo trajeron a la Escuela del P. Carlos Garda, en la que cursó dos años más, y en seguida, el sexto en un grupo que tenia como Profesor al P. D. José Borja. Entonces, respondiendo al llamado de Dios, ingresó en el Seminario Conciliar. Venciendo los obstáculos que no tardó en presentarle la enfermedad, hizo con provecho todos los estudios que por ese tiempo Se requerían para llegar al sacerdocio. Recibidas sucesivamente las órdenes sagradas, el Excmo. y Rvmo. Sr. Dr. D. Marciano Tinajero, le confirió el presbiterado el sábado 23 de diciembre del año jubilar 1950, en el Templo del Santo Nombre de Jesús (Teresitas).
    No gozando de salud perfecta y dejándose llevar de su ama a la Virgen Sma. De Guadalupe, emprendió el año siguiente la peregrinación a pie al Tepeyac. Al volver sus males comenzaron a recrudecerse, como enfermo del corazón. La falta de salud motivó su nombramiento para Capellán del Sanatorio Núñez Lara, en el cual podría atenderse y atender a otros enfermos. Su trato con las Religiosas Misioneras Marianas, que lo atendían, hizo que de allí en adelante fuera su bienhechor insigne.
    Conociendo el M. l. Sr. Congo. D. Cirilo Conejo la grande afición que a la música tenía el P. Ledesma, consiguió por el año de 1953 ó 1954, Sr. Obispo Don Marciano Tinajero lo designara como auxiliar en la Escuela Diocesana de Música Sagrada. A la muerte del M. l. Sr. Conejo, acaecida el 22 de enero de 1960, fue nombrado Director de ella. Mucho pudiera decirse de cuanto hizo en favor de esa institución y por la causa de la genuina música litúrgico, con grande celo y generosidad, entregándose a ella, como dicen, en cuerpo y alma.
    Gracias a su decidido empeño, se concedió a la Escuela que ocupara el edificio que dejó el Seminario Conciliar, (De 1936 a 1964 en la Casa del Diezmo estuvo funcionando la Escuela de Música Sacra y el Conservatorio de Música José Guadalupe Velázquez.Hoy Ocampo esq. Madero), junto al Templo del Santo Nombre de Jesús, cuando se cambió al que, con largueza, le había construido el Excmo. Sr. Toriz en la finca llamada «La Purísima.»
    Siendo el Capellán y Director Espiritual de las Misionera Marianas, el Padre Raymundo Ledesma, pide su apoyo para que le ayudaran en el internado de la Escuela, que hasta ese momento lo apoyaban las Hermanas Franciscanas.
    La función de las Misioneras Marianas fue apoyar el internado, en la disciplina coral, en la prefectura de Disciplina en las noches, en la cocina, eran una comunidad de seis hermanas.
    Con la ayuda de las Misioneras Marianas quintuplico el número de alumnos, tanto de primaria como de Secundaria. A pesar de todos los obstáculos, recibió el apoyo del Mtro. Bonifacio Rojas de Morelia y del Mtro. Arnulfo Benítez como Director del Coro, además de la Mtra. Esperanza Cabrera y el Mtro. Julián Zúñiga.
   Le correspondió la celebración del 75 aniversario de la fundación de la Escuela.
    Trabajó incasablemente por conservar para la Diócesis y su Escuela de Música Sagrada el honroso lugar a que la elevaron los Maestros Velázquez y González y le habia conservado el M. I. Sr. Conejo. Sin haber tenido una formación musical completa, sino aprovechando su sentido estético y todos los medios de que dispuso para desarrollarlo y adquirir una mayor formación, se decidió en los últimos años de su vida a componer en el género de la música litúrgico y en el de la solamente religiosa. Con la letra del poema Querétaro y la Virgen del Pueblito, compuso una cantata, que se ejecutó como uno de los números del programa de las fiestas que en honor a de Ella se celebraron al cumplirse veinticinco años de haber sido coronada su taumaturga imagen. Fue gustada y muy aplaudida esa composición, así como la otra cantada que llamó Dolorosa en honor de la misma Madre de Dios, en su advocación de los Dolores de Soriano, al ser proclamada Patrona de esta Diócesis. Compuso además tres misas, y soñaba en su última enfermedad con otra que deseaba ofrecer a la Madre Santísima de la Luz, al recobrar la salud. Con gran celo y de acuerdo con la renovación de la sagrada liturgia, procuró poner al alcance del pueblo los cantos comunitarios para la Santa Misa; compuso algunos, que seguramente van a hacerse tradicionales, porque a la vez que bellos son realmente populares. Sometió con humildad todas sus composiciones a la corrección que un Maestro competente con toda libertad les hacia.
    El Sr. Pbro. D. Silvino Robles Gutiérrez, Director de la Escuela Superior de Música de León, Gto., en una carta dirigida a nuestro Sr. Obispo, se expresa así: «El suscrito se toma la libertad de expresarle su más sincera condolencia, con motivo de la muerte del Sr. Pbro. D. Raimundo Ledesma, abnegado Director de la Escuela de Música Sagrada de Querétaro, la más antigua del País. La muerte de tan apostólico sacerdote es para todos los que trabajamos en el campo de la Música Sagrada, una pérdida sensible y altamente dolorosa, sobre todo ahora que se necesitan varones de una pieza, para llevar adelante las reformas del Concilio sin caer en las lamentables desviaciones que son de todos conocidas.»
    El Padre Ledezma enfermó de diabetes y tuvo todos los achaques de esta enfermedad pero gracias a las Misioneras Marianas, especialmente la Madre Naza, que fue su enfermera de cabecera. Después de haber sufrido durante cuatro meses las consecuencias de un ataque de trombosis en el cerebro, tal vez ocasionados por hondas penas que le causó ese apostolado, ejercitado con mucha caridad, el día 28 de junio 1972, a las cuatro y tres cuartos de la mañana, murió piadosamente en el Sanatorio Días Infante de la ciudad de San Luis Potosí. Su cadáver fue inmediatamente traído a esta ciudad. Por la tarde de ese mismo día se celebró, en el Templo del Santo Nombre de Jesús, un solemne funeral, que se dignó presidir nuestro Excmo. Prelado. Concelebraron con él doce sacerdotes. Hizo la homilía Mons. De la Isla. Apenas recibida la noticia de la muerte, a las seis de la mañana, se habla celebrado ya otro funeral en sufragio de esa alma sacerdotal, en el oratorio de la casa central de las Misioneras Marianas. A las diez y media de la mañana del siguiente día acompañado de numeroso concurso de Religiosas y fieles, fue llevado el cuerpo a sepultar en el Cementerio Municipal. De paso por la iglesia de El Rayo, lo detuvieron e introdujeron en ella para celebrar una misa más en sufragio de su alma, caritativo homenaje de los placeros, quienes lo conocían y lo habían socorrido.
    (Boletín Eclesiástico de la Diócesis de Querétaro. Núm. 8. Agosto de 1972. Pág. 178-180)
    Colaboración especial de Antonio Hernández Chavela del Conservatorio de Música.

Signos Vitales
P. Gabino Tepetate Hernández
gabino_th@hotmail.com
La transformación de la realidad social un imperativo
    Socialmente es un imperativo encontrar nuevas formas de relacionarnos, de comunicarnos y de construir espacios y ambientes culturales que hagan posible una convivencia justa, solidaria y pacifica ante un sistema social francamente deshumanizante. Hay quienes disfrutan del bienestar económico pero excluyen de sus intereses la ética y la moral social, y dejan en el abandono a quienes se ven afectados por las políticas de la globalización inspiradas en la ideología neoliberal. Los desencantos por los efectos de este sistema, ha hecho de nuestras sociedades más violentas y mas grande la brecha entre los que lo tienen todo y los que carecen hasta de lo mas indispensable. Ante estas condiciones no se vislumbra un mejor porvenir para todos, ni una paz que pueda ser estable y duradera, anhelo tan deseado por todos, quienes estamos comprometidos con la vida de todo ser humano y del entorno vital para nuestra existencia terrena feliz, que nos ayude a experimentar el cielo desde la tierra.
    Pero como hombres y mujeres de fe tenemos que encontrar y ofrecer unas nuevas dimensiones de nuestra esperanza, a través de un dialogo honesto con los aportes de las ciencias interesadas en la búsqueda de nuevas alternativas, no sólo para explicar la sociedad, sino sobre todo que aporte pistas para la renovación social; que ofrezca luces para una sociedad más humana y mas comprometida en su entorno vital. La fe de los cristianos, sin lugar a dudas, es un aporte fundamental para esa nueva sociedad que todos queremos, mas justa, fraterna y solidaria, porque a pesar de cuestionarse no sólo a los cristianos, sino a la misma fe en sí, el problema fundamental está en la indiferencia existencial a causa de la ignorancia, confusión y ambigüedad que se tiene de la misma fe.
    La fe siempre va acompañada de la esperanza y de vivencia del amor, a la que ningún cristiano debe renunciar, porque es lo que vivió, proclamó e implantó, como germen en la humanidad Jesucristo, para una vida nueva y una realidad diferente, impregnada de bondad, misericordia, solidaridad y caridad fraterna, son valores y virtudes indispensables para que esta forma de vida impregne la vida cotidiana e incida en la transformación del sistema dominante en nuestra sociedad actual.
    En su Carta Apostólica Puerta de la Fe, el Papa Benedicto nos alerta diciendo: «Sucede hoy con frecuencia que los cristianos se preocupan mucho por las consecuencias sociales, culturales y políticas de su compromiso, al mismo tiempo que siguen considerando la fe como un presupuesto obvio de la vida común. De hecho este presupuesto no sólo no aparece como tal, sino incluso con frecuencia es negado. Mientras que en el pasado era posible reconocer un tejido cultural unitario, ampliamente aceptado en su referencia en el contenido de la fe y a los valores inspirados por ella, hoy no aparece que sea ya así en bastos sectores de la sociedad, a causa de una profunda crisis de fe que afecta a muchas personas.» (Puerta de la Fe No. 2). Este señalamiento advierte que la fe en estos tiempos de nuestra vida social, entre nosotros que nos decimos cristianos, no hay que darla por supuesta, hace falta de nuevo El Primer Anuncio, encontrarnos con la Persona y el acontecimiento Jesucristo, un referente fundamental para una vida social nueva.
    Y también, ahora, el Papa Francisco nos exhorta a salir a las periferias desde donde la realidad se ve diferente y no sólo hay que asistir a los pobres, sino llegar a las causas del empobrecimiento. Desde este espacio social y teológico podemos colaborar en el proceso de trasformación social, a través de una educación en la fe y un estilo de vida según el evangelio, para una sociedad más humana, tolerante y abierta a la trascendencia divina.
    Que Dios los bendiga.